Madrid (Lunes, 26-02-2018, Gaudium Press) «Educar para acoger el don de la vida», será el lema de la Jornada por la Vida 2018 que la Iglesia en España celebrará el 9 de abril, solemnidad de la Anunciación del Señor. Con motivo de este evento, la Subcomisión Episcopal para la Familia la Defensa de la Vida, dentro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar del Episcopado Español (CEE), ha puesto a disposición una serie de materiales -a los que se puede acceder desde su sitio web– que animan a preparar y vivir la jornada.
«Con el lema ‘Educar para acoger el don de la vida’ los cristianos somos invitados este año a reconocer con profundo asombro el don de la vida, así como testimoniar la esperanza de la vida eterna que se nos ha comunicado con el don del bautismo», se recuerda en el subsidio litúrgico que la subcomisión Episcopal preparó para la jornada.
Entre los materiales también se incluye el Mensaje de los Obispos miembros de la Subcomisión Episcopal para la Familia la Defensa de la Vida de la CEE, que preside Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, Obispo de Bilbao, donde recuerdan la invitación que reiteradamente hace el Magisterio de la Iglesia a «recibir el don de la vida, a tomar conciencia de Él».
La jornada que ocurrirá el 9 de abril, solemnidad de la Anunciación del Señor / Foto: CEE. |
«No podemos darlo por sentado, sino más bien ponderar su significado y acogerlo responsablemente. Hemos de reflexionar sobre la vida como un don para entender de qué manera guiamos nuestra propia vida», señalan los prelados al introducir la misiva.
Dicen que en la cultura actual están presenten algunas visiones reductivas sobre el don de la vida, como aquella que considera «la vida humana como un elemento más de la naturaleza general, como si fuera un punto insignificante en un despliegue cósmico». Sin embargo -subrayan-, «toda vida humana es única e irrepetible, valiosa y digna, sean cuales sean las circunstancias en las que se desenvuelve».
Otra de las visiones -añaden los obispos-, es la que reduce la vida humana al concepto de calidad de vida, afirmando que hay varias vidas que no son digas de ser vividas; y aquella concepción que considera que el valor de la vida es el que la sociedad le da. «Una vida sería valiosa dependiendo de su aportación», evidencian los prelados, para luego recordar las palabras de San Juan Pablo II en la Encíclica ‘Evangelium vitae’, quien señaló: «La vida siempre es un bien».
En este sentido, los obispos reflexionan a partir de una pregunta: «¿cómo mostrar de modo convincente que toda vida es valiosa?». Ante la cual responden: «Debemos recibir gozosamente la propia vida con gratitud, pues solo si nos aceptamos y nos queremos tal y como somos podremos amar y respetar a los demás. Cuando uno se sabe amado incondicionalmente por Dios es consciente de su propia dignidad, y también sabe que los demás son igualmente amados y valiosos».
En otro momento del mensaje, los Obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia la Defensa de la Vida de la CEE, recuerdan que la familia es santuario de la vida, siendo el «lugar primero y privilegiado para educar en la acogida del don de la vida». Ella, «es el único lugar en el que cada uno es querido por sí mismo, independientemente de su curriculum, sus cualidades, sus logros, de lo que tenga o deje de tener».
Asimismo, hacen especial mención sobre el papel del Estado como promotor de la familia: «El papel de la familia en la edificación y desarrollo de la sociedad y de la cultura de la vida es insustituible. El Estado debe apoyar y promover el papel de la familia para que pueda acoger y cuidar a sus miembros, más allá de sus circunstancias vitales, permitiendo a la familia cumplir su misión de custodiar, revelar y comunicar el amor».
«Toda vida humana es digna de amor y respeto. Una sociedad que no cuida y protege a la familia y a sus miembros más desfavorecidos es una sociedad enferma y sin futuro», afirman los prelados.
Con información de la Conferencia Episcopal Española.
Deje su Comentario