Manila (Lunes, 26-02-2018, Gaudium Press) En un análisis publicado por la agencia fides el papel de los trabajadores filipinos en el extranjero (OFW) fue destacado como una de las fuerzas notables de evangelización en muchos países. Los trabajadores llevan su fe a los lugares donde se encuentran, sirven de manera activa en las parroquias y forman en la fe a nuevos creyentes, revitalizando la Iglesia en lugares donde hace falta una mayor presencia.
Los filipinos tienen una fe católica arraigada que llevan a los países a donde emigran. Foto: Adam Cohn. |
«Cerca de un 80% de los 100 millones de filipinos son católicos y en contraste con muchos otros países donde la fe ha decaído la mayoría todavía practican con entusiasmo», indicó el análisis de Omnis Terra. «Los OFW llevan y practican su fe fervientemente donde quiera que van. Aproximadamente un 10% de la población del país son trabajadores en el extranjero en más de 193 países». Por este motivo la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas los considera como unos modernos «apóstoles de la evangelización» en los países a dónde viajan a trabajar.
En países como Brunei, los filipinos representan hasta el 70% de la población católica. El Obispo Paul Hinder, del Vicariato Apostólico de Arabia del Sur, ha pedido a los Obispos filipinos enviar más filipinos al Medio Oriente para apoyar el Vicariato. Para este prelado, la población católica depende en un 90% de la presencia de los trabajadores filipinos.
La vitalidad de la fe de los trabajadores filipinos, quienes recurren a la religión para sobrellevar las a veces graves limitaciones de su condición de migrantes, les permite «regresar la fe» que recibieron de Europa en siglos anteriores. «Los filipinos participar activamente en las actividades de la iglesia y eran los templos vacíos llenan el aire con canciones alegres Y de Alabanza a Dios», indicó Fides. «Ellos son la respuesta a la oración de párrocos a quienes solamente les han quedado personas mayores en su parroquia. (…) Muchos católicos alejados regresan a la fe de sus padres llevados por un hijo que fue catequizado por una filipina».
«Los trabajadores filipinos, quienes permanecen fuera de su Iglesia natal, se vuelven católicos fervientes e incluso se hacen apóstoles. Al cristianizar a los demás, ellos se cristianizan a sí mismos», comentó el análisis. Las Diócesis que los reciben han permitido la celebración de novenas, la celebración de Eucaristías de gallo y otras expresiones de fe.»Además de nuestros rostros sonrientes, le ofrecemos a los países e Iglesias receptoras nuestra fe cristiana vivida en el contexto de diferentes culturas y religiones», comentó Mons. Angel Lagdameo, Obispo de Jaro. «Dos millones de filipinos ya han hecho del Medio Oriente su hogar. ¿Podría creer usted que el 30% de toda la población de Malasia es de Filipinas? Estos pocos ejemplos son sólo una porción de los filipinos migrantes que encontramos presentes de América a Asia, de África a Oceanía, de Rusia a Australia y también de Jordania a Saipan».
Con información de Fides
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