Valencia (Martes, 27-08-2018, Gaudium Press) Hace casi 780 años, en la población Valldalbaidina de Llutxent, Comunidad de Valencia, España, ocurrió un suceso prodigioso: era el 24 de febrero de 1239, varias formas consagradas, que fueron protegidas con los corporales tras un ataque musulmán, aparecieron luego ensangrentadas.
El acontecimiento, conocido como la Fiesta del «Misterio de los Sagrados Corporales», fue recordado el sábado 24 de febrero durante la «Gran Jornada Eucarística» que se celebró en Llutxent y fue presidida por Mons. Javier Salinas, Obispo Auxiliar de Valencia, con la presencia de cientos de peregrinos de esta localidad y también procedentes de Daroca y Carboneras de Guadazón, que están vinculados con el «Milagro de los Corporales»; la primera porque alberga los corporales, la segunda, el lienzo que cubría las sagradas formas.
La celebración estuvo marcada por la Misa solemne que presidió Mons. Salinas en la Basílica del Corpus Cristi en el Monte Santo, Llutxent; y por la exposición del Santísimo Sacramento durante16 horas, con turnos de adoración. Como antesala a la Eucaristía, se comenzó con el rezo de laudes y una Misa en la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, donde se recreó el oficio del Corpus Christi, para así conmemorar el milagro ocurrido en el siglo XIII.
El acontecimiento, conocido como la Fiesta del «Misterio de los Sagrados Corporales», fue recordado el sábado 24 de febrero durante la «Gran Jornada Eucarística» que se celebró en Llutxent / Foto: AVAN. |
En la hora intermedia, se dio inicio a la procesión de Corpus Christi que culminó en el templo parroquial, donde se realizaron las vísperas solemnes.
En la ocasión, los fieles también veneraron las reliquias del Beato José Aparicio, mártir de la Guerra Civil Española, quien recuperó la tradición de la conmemoración del «Misterio de los Corporales», hace ya más de 80 años atrás. Tanto así que fundó la Hermandad del Santísimo Misterio de los Corporales.
La fiesta, que no culminó el domingo 24 de febrero, se extenderá hasta el jueves del Corpus Christi, con dos celebraciones: el segundo domingo de mayo con la peregrinación en Carboneras; y el Corpus Christi en Daroca, para recordar el traslado de las sagradas formas por el ejército cristiano.
Los episodios de 1239 ocurrieron en el contexto de la reconquista de Llutxent por parte de las tropas del rey Jaime I. Se cuenta que antes de la batalla, el ejército del monarca, que era cristiano, celebró una Eucaristía, circunstancia que aprovecharon los musulmanes para atacar. Sorprendidos por ello, el sacerdote que presidía la Misa dobló los corporales con las formas consagradas en su interior, guardándolas bajo una piedra para protegerlas.
Una vez es rechazado ataque por las huestes de Jaime I, se retomó la Eucaristía, pero cuál fue la sorpresa del sacerdote que oficiaba la Misa cuando al recuperar las hostias consagradas, descubre que ellas se encontraban ensangrentadas. Las formas con los corporales fueron posteriormente llevadas a Daroca, mientras que un lienzo que los cubría se trasladó a Carboneras de Guadazaón.
Con información de AVAN.
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