Sevilla (Martes, 27-02-2018, Gaudium Press) Con ocasión del 4º centenario del nacimiento del pintor español Bartolomé Esteban Murillo, el Museo de Bellas Artes de Sevilla acoge la exposición «Murillo y los Capuchinos de Sevilla», reuniendo un conjunto de pinturas que el artista realizó en el Convento de los Capuchinos de la ciudad española, considerado uno de los ciclos pictóricos más ambiciosos del siglo XVII español, por la calidad de las obras y el número de ellas.
La muestra, que se podrá apreciar hasta el 1º de abril, hace parte de los diferentes homenajes que tienen lugar en Sevilla con motivo del Año de Murillo, al conmemorarse los 400 años de su natalicio.
Como se describe en información sobre la exposición, ella ha hecho posible la reconstrucción de la totalidad de la serie de obras que el pintor elaboró para los frailes, y que se habían dispersado con la invasión napoleónica del siglo XIX. Las pinturas pertenecen, en su mayoría, a una colección del Museo de Bellas Artes desde la desamortización de los bienes eclesiásticos que ocurrió en 1835, y a ella se han unido pinturas con préstamos de la Catedral de Sevilla, y de países como Reino Unido, Alemania y Austria.
La muestra se podrá apreciar hasta el 1 de abril / Fotos: Museo de Bellas Artes de Sevilla. |
«El Museo de Bellas Artes de Sevilla se ha preparado desde hace años para este acontecimiento con el estudio y la restauración de la colección de obras de Murillo. Los trabajos de investigación fundamentan el catálogo editado con motivo de la exposición, en el que se recogen diversos estudios que ponen de manifiesto la relevancia de esta serie de pinturas dentro del conjunto de la obra de Murillo», destacan en el dosier de prensa de la muestra.
De las obras que están presentes en esta exhibición sobresale el conjunto «El jubileo de la Porciúncula», que fue cedido al Museo de Bellas Artes de Sevilla, en depósito temporal de 10 años, por el Museo Wallraf-Richartz de Colonia. Este conjunto pictórico presidió el retablo mayor del Convento de los Capuchinos hasta principios del siglo XIX. En 1810 el ejército francés lo trasladó al Real Alcázar, siendo llevado posteriormente a Madrid para formar parte del museo promovido por el hermano de Napoleón, José Bonaparte. La obra es regresada a los Capuchinos de Sevilla en 1815. Ella representa el momento cuando Jesús y la Virgen, circundados por un coro de ángeles, se le aparecen a San Francisco de Asís en la Porciúncula en 1216, concediéndole la indulgencia plenaria a todos aquellos que visitasen el lugar.
También sobresale el lienzo del «Arcángel San Miguel», que tiene un importante significado porque fue la última pintura del conjunto de los Capuchinos en ser recuperada. Se sabe que la obra salió de Sevilla, junto con las otras, en 1810 hacia Cádiz. Un par de años después, cuando las pinturas regresan, la de San Miguel no se hallaba entre ellas, teniendo noticias suyas solo hasta 1987 cuando se conoce de su adquisición por parte del Kunsthistorisches Museum de Viena.
La muestra está instalada en dos ámbitos del Museo de Bellas Artes. Uno en la Sala V, que es la antigua iglesia del convento mercedario; el otro, en la Sala de Exposiciones Temporales. La mayor parte de los lienzos que Murillo pintó para los Capuchinos se halla en el primer espacio, mientras que en segundo se agruparon varios dibujos relacionados con los frailes Capuchinos, que muestran cómo fue el proceso creativo del pintor español.
Sin duda una exposición que vale la pena apreciar, como destacan en el dosier de prensa: «esta importante cita nos ofrece la oportunidad de mostrar el resultado de la recuperación histórica, material y estética, a la que se suma el poderoso componente de restitución emocional de poder disfrutar reunido en su ciudad, en el Museo de Bellas Artes, de uno de los ciclos más significativos del barroco español».
Ver también:
Inauguran en Sevilla Año de Murillo con la exposición «La mirada de la santidad»
Con información de Murillo y Sevilla – 400 años.
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