Ciudad del Vaticano (Miércoles, 28-02-2018, Gaudium Press) El Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, escribió el prefacio de un libro sobre jóvenes Santos y Beatos y concedió una entrevista al informativo de los Obispos italianos, Avvenire, en la cual afirmó que «la santidad no está reservada para una etapa particular de la vida», y puede ser alcanzada por los jóvenes.
Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Foto: Piotr Drabik |
«Una Iglesia santa es siempre una Iglesia joven. Y ciertamente sorprende cuántos niños y niñas se han encontrado en el registro de los Santos o de los Beatos», explicó el Prefecto al medio de comunicación. Sobre el libro, el Cardenal indicó que este trabajo muestra «cómo la santidad juvenil está presente en todos los tiempos, en todos los continentes y habla todos los idiomas del mundo».
El purpurado recordó el ejemplo de Mártires como Santa Inés y Santa Cecilia y afirmó que incluso niños pequeños como los Santos Inocentes han encontrado en el martirio un camino hacia el encuentro con Dios. Además de Mártires se encuentra en la historia de la iglesia Santos confesores de edad temprana. Entre ellos el prefecto destacó el testimonio de Imelda Lambertini y el de los pastorcitos Francisco y Jacinta Marto, ya canonizados. Sobre estos últimos, el purpurado recordó que su santidad «no se basa sólo en el hecho de que haya sido videntes de la Virgen, sino también testigos realmente heroicos de las virtudes de la fe la esperanza y la caridad».
El Card. Amato recordó la doctrina de Santo Tomás de Aquino quién afirmó que «la edad corporal no afecta al alma; en consecuencia, el hombre, incluso en la edad infantil, puede alcanzar la perfección espiritual». «En los niños, las virtudes cristianas se practican con tanta espontaneidad y facilidad que parecen ser un hábito de vida desde su bautismo», expuso. «Estos jóvenes son personas plenas, llenas de la gracia divina y la ejemplaridad humana, en la escuela del Evangelio, una auténtica fuente de humanidad».
El Prefecto concluyó afirmando que sin testimonios de santidad, «el cristianismo se reduciría a una mera y estéril ideología humana. Una Iglesia Santa es una Iglesia creíble y confiable y una Iglesia Santa es una Iglesia que siempre es joven».
Con información de Avvenire.
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