Jerusalén (Jueves, 01-03-2018, Gaudium Press) El pasado 28 de febrero a las 4 de la mañana, la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén, Israel, abrió nuevamente sus puertas después de tres días de cierre en protesta por la implementación de un nuevo impuesto sobre las propiedades eclesiásticas. Las comunidades cristianas que habitan en Tierra Santa se unieron para denunciar una «campaña sistemática contra las Iglesias y la comunidad cristiana en Tierra Santa, en flagrante violación del ‘Status Quo'» y cesaron esta forma de protesta tras el anuncio de la suspensión del cobro del impuesto.
Los peregrinos pueden regresar a la Basílica del Santo Sepulcro, el principal de los Santos Lugares de Jerusalén. Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press. |
El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró que el gobierno israelí realizará un proceso de negociación con las comunidades cristianas presidido por el ministro israelí para la cooperación regional Tzachi Hanegbi. «No tenemos ninguna intención de pelear con el Estado de Israel», había explicado anteriormente a Vatican News el Custodio de Tierra Santa, P. Francesco Patton. «Si hay posibilidad de reunirnos alrededor de una mesa y discutir seriamente, estaremos muy contentos de poder hacerlo juntos. No como comunidades individuales, sino como comunidades cristianas involucradas».
«Hay dos problemas que resolver», explicó el Custodio. El primero de ellos es «la cuestión del pago de impuestos a edificios de las Iglesias, con valor retroactivo, una solicitud que no tiene en cuenta el hecho de que nosotros no trabajamos para obtener ganancias, sino para ofrecer también servicios sociales que alivian, además, las cargas del municipio mismo». El segundo tema son las propuestas de regulación a los derechos de propiedad alquiler y transacciones de los terrenos de las iglesias que ya habían ocasionado una controversia anterior en la Ciudad Antigua (ver noticia anterior).
«Sabíamos que esta decisión extrema (la de cerrar la Basílica), destinada a sacudir a nuestros interlocutores y a la opinión pública, crearía malestar en muchos peregrinos que llegan hasta aquí para rezar en el lugar santo de la Pasión, muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo», expuso la Custodia de Tierra Santa en un comunicado oficial. «Esto también nos ha disgustado y afligido a nosotros: somos conscientes de que para muchos la peregrinación a Jerusalén es un hecho único en la vida y fruto de muchos sacrificios».
Por este motivo la custodia de Tierra Santa expresó su agradecimiento a los peregrinos que se han sumado a la voz de las comunidades cristianas locales, a los frailes y monjes que permanecieron encerrados dentro de la Basílica durante los días del cierre para continuar celebrando los santos misterios y a todos cuantos «no han dejado de apoyarnos de forma discreta y silenciosa con su oración, conscientes de lo que estaba sucediendo en Jerusalén», concluyó el comunicado. «Os pedimos que sigáis estando a nuestro lado para que, iluminados y guiados por el Espíritu, podamos continuar conservando y protegiendo los Lugares de la memoria evangélica, la pequeña comunidad cristiana local y la singular riqueza humana, cultural y espiritual de Jerusalén».
Con información de Fides, Vatican News y Custodia de Tierra Santa.
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