Tirana (Lunes, 05-03-2018, Gaudium Press) El Cardenal Angelo Bagnasco, Arzobispo de Génova, Italia, y Presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) envió un mensaje a los participantes del Congreso Europeo de Delegados Nacionales para el Cuidado Pastoral de las Vocaciones, reunidos en Tirana, Albania, del 28 de febrero al 05 de marzo. En su comunicación el purpurado invitó a recordar el carácter preciado e irremplazable del sacerdocio católico.
Cardenal Angelo Bagnasco, Presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE). Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press. |
«Los hombres no necesitan las cualidades humanas de los pastores sino la amistad cálida de Dios que debe vivir dentro de nosotros», Indicó el Cardenal. «Ante la situación de declive en el número de ocasiones en los países europeos el presidente de las CCEE invitó a los participantes a «pensar acerca de los cambios que están teniendo lugar, adaptar nuestro cuidado pastoral, manteniendo firmes los pilares de la vocación, de la formación y de la misión sacerdotal y de la misión de los hombres y mujeres religiosos».
El purpurado advirtió sobre una sordera generalizada ante el llamado de Dios y recordó que la vocación es comunicada por Dios de forma sutil. «La voz de Jesús no hace ruido y no se impone ella misma sino que requiere la atención y la capacidad para el silencio», indicó el Card. Bagnasco «Frecuentemente puede ser sofocada por otras voces». Esta situación representa un desafío para la Iglesia en el mundo de hoy.
«La primera forma de reaccionar al desafío es – junto a una más intensa oración – un redescubrimiento de la preciosidad irremplazable del sacerdocio, de su belleza, de su encanto», propuso el purpurado. «Cuando un sacerdote o una persona consagrada vive ese ‘estar con Él’ de corazón a corazón en una forma radical, entonces cada palabra, gesto, sacrificio, emana una luz y una belleza que a pesar de la pobreza y los pecados revela el rostro del gran Pastor».
El cardenal hizo un llamado a la disponibilidad del acompañamiento espiritual para los jóvenes y motivó especialmente a los sacerdotes a permanecer junto a ellos. «Debemos motivar a las familias cristianas a no tener miedo de perder sus hijos si ellos son llamados y a orar al Señor por la gracia de una vocación en su vientre», concluyó el Card. Bagnasco. «Debemos motivar a las parroquias, los movimientos, las asociaciones, los grupos de jóvenes para que de maneras apropiadas hagan brillar la propuesta del sacerdocio y de la vida consagrada»
Con información de Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa.
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