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Bogotá (Lunes, 05-03-2018, Gaudium Press) Animando a los fieles católicos, y también a las personas de buena voluntad, para que se manifiesten frente la intención del Ministerio de Salud y de Protección Social de Colombia que pretende reglamentar la eutanasia en los niños y adolescentes, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), desde su Departamento de Comunicación Social, promovió a las 2:00 p.m. del lunes 5 de marzo una «Twitteratón» con el hashtag #EutanasiaInfantilNo.
El propósito, como destacó el organismo eclesial en una nota de prensa, fue el de propiciar un escenario en las redes sociales «para que los católicos y no católicos que estén en desacuerdo con la eutanasia, se manifiesten y expresen sus argumentos».
De esta manera la cuenta @episcopadocol recibió un sinnúmero de comentarios, a través de videos, pancartas digitales y diversos tipos de mensajes, en los que se expresó el rechazo a la intención de reglamentar en Colombia la práctica de la eutanasia infantil.
«Ayudar al suicidio no es compasión ¡Es colaborar con un crimen!»; «El dolor es curable con los medios adecuados, no se puede matar al paciente por matar al dolor»; «No les quitemos el derecho a vivir, más bien defendamos y luchemos con ellos para que vivan cada día con alegría»; «Respetar al ser humano más pequeño e indefenso, adoptar medidas que puedan preservar su vida, permitir su nacimiento y luego ser creativos en la búsqueda de caminos que lo lleven a su pleno desarrollo», fueron algunos de los mensajes de los usuarios de Twitter que participaron en la iniciativa.
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Varios prelados también se unieron a la iniciativa, enviando sus mensajes a través de video, como lo hizo el Arzobispo de Villavicencio y Presidente de la CEC, Mons. Oscar Urbina, quien expresó: «La respuesta adecuada al valor inmenso de los niños y los adolescentes enfermos debe ser hecha de respeto, de comprensión y de ternura, porque el valor sagrado de ellos, enfermos, no desaparece, ni se oscurece nunca, sino que brilla con más resplandor, precisamente en su sufrimiento y en su fragilidad».
Por su parte, Mons. Pablo Emiro Salas, Arzobispo de Barranquilla, dijo: «Porque la vida es un don de Dios, porque la vida es un regalo hermoso de Dios, ¡tú y yo! ¡todos nosotros! ¡todos los católicos! ¡somos defensores de la vida, apóstoles de la vida! Por eso hoy decimos: ¡Eutanasia infantil no!».
Previo a la «Twitteratón», el Episcopado Colombiano -también por iniciativa del Departamento de Comunicaciones-, realizó desde las 9:00 hasta las 12:00 horas un Facebook Live con invitados expertos en el tema, que fueron entrevistados por el Padre Jaime Marenco, Director de Comunicaciones de la CEC.
La apertura del evento virtual estuvo a cargo de Mons. Elkin Fernando Álvarez Botero, Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia, quien se refirió al comunicado «Si queremos la paz, defendamos la vida» que emitieron los Obispos de Colombia en el que manifestaron su rechazo al borrador de resolución con el que se pretende reglamentar la eutanasia en niños.
«La situación nos parece supremamente grave. Ya lo habíamos manifestado el año pasado cuando la Corte ordenó esta reglamentación, y también cuando se había pronunciado en general sobre la eutanasia en adultos. La eutanasia es un mal gravísimo, y cuando se toca a los niños y se aplica este mal a ellos, pues con mayor razón, porque los niños son el futuro de una nación», dijo el prelado.
Para el Facebook Life también se contó con la presencia del médico especialista en dolor y cuidados paliativos, Luis Garzón; la psiquiatra Danelia Cardona; la periodista pro vida Alexandra Serna; la actriz pro vida Amada Rosa Pérez, y Andrea Garzón, miembro del Departamento de Promoción y Defensa de la Vida de la CEC.
El 28 de febrero, el Ministerio de Salud y de Protección Social de Colombia dio a conocer el borrador de resolución por medio del cual se reglamenta el procedimiento para hacer efectivo el «derecho a morir con dignidad» de niños y adolescentes. El ministerio manifestó que recibiría las observaciones y comentarios sobre el documento hasta el 5 de marzo.
Con información de la Conferencia Episcopal de Colombia.
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