Ciudad del Vaticano (Martes, 06-03-2018, Gaudium Press) El Cardenal Mauro Piacenza, Penitenciario Mayor de la Santa Sede impartió la lección inaugural del Curso sobre el Fuero Interior que se realiza en el Palacio de la Cancillería en Roma hasta el día 9 de marzo. El purpurado hizo una fuerte crítica de las distracciones de los sacerdotes durante el Sacramento de la Confesión y dio consejos prácticos para una mejor preparación espiritual y una mayor atención pastoral a los fieles durante este rito.
Cardenal Mauro Piacenza, Penitenciario Mayor de la Santa Sede. Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press |
«Se tiene noticia de algunos confesores que ‘chatean en las redes sociales’ mientras los penitentes hacen su acusación», denunció el Penitenciario Mayor, según informó Vatican Insider. «¡Este es un acto gravísimo, que no dudo en definir: ‘ateísmo práctico’, y que demuestra la fragilidad de la fe del confesor en el evento sobrenatural de gracia que se está viviendo!»
El purpurado explicó que la Confesión requiere sobre todo escucha y es momento de encuentro con Cristo, un espacio de libertad y una oportunidad para reconocer la propia vocación. Por este motivo es importante que los fieles, especialmente los jóvenes, puedan satisfacer en su encuentro con el Sacramento su necesidad de «belleza, justicia, libertad, verdad y amor».
De igual manera pidió reconocer la oposición cultural al Sacramento de la Penitencia y el esfuerzo que los fieles deben hacer para acudir al sacramento. Es posible que los penitentes acudan con «expresiones inadecuadas, a veces incluso distorsionadas o pretenciosas», pero los sacerdotes deben esforzarse en reconocer con sabiduría «el eco remoto del anhelo de felicidad y de cumplimiento, presente en el corazón de cada hombre».
«La acusación de los pecados es, objetivamente, un momento de crisis, de poner en discusión el propio juicio, las propias expresiones, las propias obras (pensamientos, palabras, obras y omisiones)», expuso el Penitenciario Mayor. «Por esta razón es indispensable pedir al Espíritu Santo la gracia de que esa ‘crisis’ se transforme realmente en un momento de crecimiento, mediante el encuentro con Cristo».
El Card. Piacenza destacó la confesión como un momento especial en el cual la persona escucha la voluntad de Dios y toma una decisión libre de seguirla. También resaltó la oportunidad de diálogo entre el sacerdote y recomendó preceder el Sacramento de algunos momentos de recogimiento y oración en los cuales los sacerdotes pueden pedir «volverse verdaderamente capaces de escucha, con la conciencia de la dramática importancia, a veces determinante, de nuestra mediación humana».
El penitente «tiene el derecho de escuchar, de los labios del confesor, no las opiniones personales de un hombre, por preparado cultural y teológicamente informado que esté, sino sola y únicamente la Palabra de Dios(…), interpretada por el Magisterio auténtico», afirmó el Penitenciario Mayor, quien calificó el Sacramento como «tal vez el único y verdadero espacio de auténtica libertad». «No existe otro lugar en la tierra como la Reconciliación sacramental, en el que sea posible tener una experiencia análoga: no solo ser amados incondicionalmente, a pesar del propio pecado, sino también ver destruido el propio pecado y ser amados plenamente, infinitamente».
Con información de Vatican Insider.
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