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Ciudad del Vaticano (Martes, 06-03-2018, Gaudium Press) La Congregación del Culto Divino y de la Disciplina de los Sacramentos hizo publicar el sábado 03/03, el decreto por el cual el Papa Francisco determinó la inscripción en el Calendario Romano General, de la Memoria de la «Bienaventurada Virgen, Madre de la Iglesia» en el Calendario Romano General.
El decreto establece también que esta memoria sea celebrada todos los años el lunes después de Pentecostés.
Decreto Ecclesia Mater
El motivo de la celebración está transcrito en el Decreto en el «Ecclesia Mater» que rige la celebración de esa memoria:
Favorecer el crecimiento del sentido materno de la Iglesia en los Pastores, los religiosos y los fieles, como, también, de la genuina piedad mariana.
De acuerdo con el Decreto firmado por el Cardenal Robert Sarah, Prefecto del Dicasterio, «Esta celebración ayudará a recordar que la vida cristiana, para crecer, debe estar anclada en el misterio de la Cruz, en la oblación de Cristo en la invitación eucarística en la Virgen oferente, Madre del Redentor y de los redimidos».
La importancia del misterio
«Considerando la importancia del misterio de la maternidad espiritual de María, que en la espera del Espíritu en Pentecostés (cf. Act 1, 14), nunca más paró de ocuparse y de curar maternalmente de la Iglesia peregrina en el tiempo, el Papa Francisco estableció que el lunes después de Pentecostés, la Memoria de María Madre de la Iglesia sea obligatoria para toda la Iglesia de Rito Romano», comentó el Cardenal Sarah.
«El deseo es que esta celebración, ahora para toda la Iglesia, recuerde a todos los discípulos de Cristo que, si queremos crecer y llenarnos del amor de Dios, es preciso enraizar nuestra vida sobre tres realidades: en la Cruz, en la Hostia y en la Virgen – Crux, Hostia et Virgo. Estos son los tres misterios que Dios dio al mundo para estructurar, fecundar, santificar nuestra vida interior y para conducirnos a Jesucristo. Son tres misterios a contemplar en el silencio.»
Traducciones
En anexo al decreto, fueron presentados, en latín, los respectivos textos litúrgicos, para la Misa, el Oficio Divino y para el Martirológio Romano.
Las Conferencias Episcopales proveerán la traducción y aprobación de los textos, que después de confirmados, serán publicados en los libros litúrgicos de su jurisdicción. (JSG)
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