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Madrid (Sábado, 10-03-2018, Gaudium Press) En medio de la campaña «Ayúdales a Volver» de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) en España, su director local, Javier Menéndez Ros, comentó al informativo Religión en Libertad la situación de los cristianos perseguidos en Irak y la preocupación que ellos sienten sobre la vivencia de la fe en Occidente. «Nosotros estamos moralmente y en otros términos muchísimo más necesitados», comentó.
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| Los creyentes en Occidente se benefician de ayudar a los cristianos perseguidos que oran por ellos y los fortalecen en su fe. |
«Nuestro fundador, el padre Werenfried, decía que cuando el cristianismo se baja de la cruz estamos ante una iglesia necesitada pero cuando se abraza a la cruz es la iglesia más floreciente. Y esto es muy importante porque muchas veces pensamos que la iglesia necesitada son ellos pero nos encontramos con la paradoja de que realmente somos nosotros en Occidente», explicó el Director. «Cuando les preguntamos a los cristianos iraquíes que piensan de nosotros, nos dicen: ‘Estamos muy preocupados por vosotros, estamos preocupados por vuestra fe y rezamos por vosotros'».
Esta situación contrasta con la precaria condición en la cual se encuentran las comunidades cristianas locales después de la guerra. «Vemos a la gente con miedo. Esta es la palabra. Miedo a saber qué se van a encontrar, miedo y tristeza al ver sus casas destruidas, quemadas», expuso Menéndez. «También dolor por sus iglesias e imágenes sagradas profanadas. Sienten miedo, tristeza, dolor y luego tienen dudas sobre qué futuro les espera». Necesidades básicas como el empleo y la educación y la incertidumbre sobre el futuro representan desafíos en la promoción del retorno de los cristianos perseguidos a sus territorios en Irak , una misión en la cual trabaja la fundación pontificia.
A pesar de todo, las comunidades cristianas continúan registrando un retorno a los lugares de los cuales fueron expulsadas. » Ya más de un 35% de las familias que huyeron en su momento (tras la llegada de Estado Islámico) han vuelto. Esto va generando confianza pues cuantas más familias regresen, más servicios comunes van teniendo, las escuelas y los comercios empiezan a funcionar y comienza a haber una actividad laboral que va generando un clima de confianza» reportó el Director. «Además, se van abriendo las iglesias y todo esto va originando un efecto llamada». Algunos de los cristianos decidieron quedarse en Erbil, Kurdistán, mientras que otros han tenido que alojarse en campos de refugiados en Jordania, Líbano o Turquía. Los que emigran a países occidentales son los menos probables de regresar ya que encuentran comodidades que no van a tener en su país de origen».
La estimación de Ayuda a la Iglesia Necesitada es que de una población cristiana de 1.6 millones de habitantes en 2003, se registra en la actualidad alrededor de 250 mil. «Esto te habla de la dimensión del drama que viven. Además de lo que supone la presencia cristiana en un país convulso como Irak, que es importante para todo el país porque el cristianismo juega un papel moderador, estabilizador de la política, en la cultura», explicó. «El cristianismo es fundamental para este país».
Con información de Religión en Libertad.
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