Desafío de la Cuaresma: conversión de la imagen que tenemos de Dios, dice Rector del Santuario de Fátima

Fátima – Portugal (Miércoles, 14-03-2018, Gaudium Press) La conversión de la imagen que tenemos de Dios y la confianza en su «gran amor» independientemente de cada fragilidad, constituyen el gran desafío de la Cuaresma.

Fue lo que dijo el rector del Santuario de Fátima en homilía de la Misa celebrada en la Basílica de la Santísima Trinidad, en el domingo que acogió en la Cova de la Iria la XVI Peregrinación Nacional de Folclore.

«Dios es el que nos da…»

«Nos habituamos a imaginar a Dios como Alguien que nos exige esto y aquello; Alguien que torna pesada nuestra vida con sus exigencias, normas y mandamientos», dijo el P. Carlos Cabecinhas, destacando que muchas veces nos olvidamos que Dios es también «el que nos da» y que ejerce «su poder para salvar y no para condenar, porque nos ama y quiere darnos vida y vida en abundancia».

Conversión a imagen de Dios

Por eso, dijo el Rector de Fátima, en este camino cuaresmal, tal vez lo que «precise más urgentemente de conversión sea nuestra imagen de Dios».

«Es la consciencia del amor de Dios por nosotros que torna posible este camino de conversión, a que la Cuaresma nos desafía. Es este horizonte de misericordia que da sentido al tiempo litúrgico de la Cuaresma, como `tiempo favorable´ para aproximarnos a Dios».

«Es cuando tomamos consciencia del amor con que Dios nos ama, es cuando confrontamos nuestra vida con Su amor, que nos damos cuenta de cuánto precisamos de conversión».

Esperanza en el gran amor de Dios

El rector del Santuario de Fátima concluyó que la esperanza «en el gran amor» de Dios, «rico en misericordia» es el mayor consuelo que los cristianos pueden experimentar, incluso «en los tiempos en que vivimos, con sus dramas y dolores».

Peregrinación Nacional de Folclore

A los millares de peregrinos, en su mayoría participantes en la Peregrinación Nacional de Folclore, dejó una palabra al final de la celebración para que continúen siendo la expresión de la fiesta y la alegría cristianas que es «saber siempre que Dios nos ama».

Según datos de la Federación Portuguesa de Folclore, entidad organizadora de esta peregrinación anual a la Cova de la Iria, se inscribieron 146 grupos, dos de ellos de la diáspora -Principado de Andorra y Suiza- que movilizaron más de 3 mil personas. (JSG)

(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de http://www.fatima.pt)