Londres (Jueves, 15-03-2018, Gaudium Press) Como una celebración «obligatoria» para los católicos de Inglaterra ha sido calificada la devoción de las 40 horas del Oratorio de Londres, celebrada justo en medio de la Cuaresma, cuando algunas personas comienzan a sentir un cierto cansancio por las penitencias y sacrificios cuaresmales y necesitan reavivar su devoción en preparación al Triduo Pascual. Con un altar ricamente decorado y a la luz de las velas, numerosos fieles acuden al santísimo Sacramento para presentar sus más graves necesidades y vivir personalmente una experiencia de conversión.
Altar mayor del oratorio de Londres durante la devoción de las 40 Horas. Foto: Oratorio de Londres. |
Las 40 horas comenzaron el pasado 13 de marzo, día en que se realizó una Alta Misa de Exposición en latín y una procesión con el Santísimo Sacramento, y se cierran el día jueves 15 de marzo a las 7 de la noche con la solemne Bendición y la interpretación del Lauda Sion Salvatorem de Mendelssohn. «Usted no necesita ser un apasionado de los olores, las campanas y las barandas de altar. Si vive en Londres y no ha visitado el Oratorio de Londres para las 40 horas durante Cuaresma entonces usted simplemente debe ir», comentó Madeleine Teahan en un artículo publicado por Catholic Herald.
«En el momento en que entré al templo instantáneamente me evocó sentimientos cálidos, como finalmente volver a casa después de una larga y pesada caminata bajo la lluvia», relató la periodista. «El templo me envolvió, el altar mayor bañado con un mar de velas perfectamente posicionadas. La custodia cargando el Santísimo Sacramento se balanceaba sobre las olas de cera». Este bello escenario fue para ella también la oportunidad de contemplar el drama humano de muchas personas que se acercan a orar por sus necesidades.
Después de una predicación llevada a cabo por un sacerdote y algunos cantos devotos durante la celebración, Teahan advirtió cuán significativo era ese momento para otro de los asistentes. «No pude evitar fijarme en el hombre que estaba frente a mí mientras cantamos», narró. «Parecía desesperado, como si estuviera rezando por un milagro. Mientras imploramos ‘fortaleza y protección puede ser tu Pasión. ¡Oh, bendito Jesús, escucha y respóndeme!’, comenzó a llorar».
«Esta es la maravilla de la Iglesia Católica. Cientos de variedades de dramas de la vida nos rodean todos los días en nuestras iglesias y Catedrales, algunas banales, otras profundas, otras trágicas, pero todas hermosas», concluyó la observadora. «En nuestras vidas, la mayoría de nosotros, en algún momento, hemos representado cada escena».
Con información de Catholic Herald.
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