Ciudad del Vaticano (Lunes, 02-04-2018, Gaudium Press) En su homilía de la misa del Domingo de Pascua, celebrada en la Plaza de San Pedro ante millares de fieles venidos de los cuatro rincones del planeta, el Papa Francisco destacó la sorpresa de los discípulos ante la nueva de la resurrección del Señor. Junto al Pontífice concelebraban trescientos sacerdotes, ciento cincuenta obispos y veinticinco cardenales.
Tras la noche «del silencio ante la muerte del Señor», se llega a la mañana de la Pascua, junto a la «sorpresa» de la resurrección, pues Dios es el Dios de las sorpresas.
«Y la sorpresa -dijo el Papa- es lo que nos conmueve el corazón». El primer anuncio: sorpresa. El segundo: la prisa, las mujeres corren. Las sorpresas de Dios nos ponen en camino inmediatamente, sin esperar.
Las sorpresas suscitan la rápida reacción de quien recibe la sorpresa, pero hay algunos que tardan en responder. En el Evangelio hay uno «que no quiere arriesgarse» y «se toma un poco de tiempo»: Tomás. A quien el Señor espera con amor. Es el que decía ‘creeré cuando vea’. Pero «el Señor también tiene paciencia con quienes no van tan de prisa».
El anuncio: sorpresa. La respuesta: de prisa. Y el tercer punto – dijo el Pontífice – es una pregunta: «¿Y yo qué? ¿Tengo el corazón abierto a las sorpresas de Dios? ¿Soy capaz de ir de prisa, o siempre con esa cantilena, veré mañana, mañana?… Para decir, igual, mañana… ¿Qué me dice a mí la sorpresa?»
Juan y Pedro fueron corriendo hacia el sepulcro, recordó el Papa. De Juan el Evangelio nos dice que creyó y también Pedro creyó. Su fe «era una fe un poco mezclada con el remordimiento por haber negado al Señor»…
«El anuncio hecho sorpresa – terminó Francisco en su homilía -. ¿Y yo hoy en esta Pascua de 2018 qué?»
Con información de Vatican News
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