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Ciudad del Vaticano (Viernes, 06-04-2018, Gaudium Press) Utilizando su cuenta, el Papa Francisco escribió en Twitter:
«Es mi sincera esperanza que sea hecho todo lo posible para continuar acompañando con compasión al pequeño Alfie Evans y que el profundo sufrimiento de sus padres sea oído. Estoy rezando por Alfie, por su familia y por todos los envueltos».
Alfie es un niño inglés de apenas 22 meses que está en coma, internado en un hospital de Liverpool donde los médicos quieren sacarlo del sistema de apoyo vital, apagando los aparatos que le posibilitan vivir.
Semejanza con otros casos
Este caso se asemeja al de otros dos niños ingleses, Charlie Gard y Isaiah Haastrup.
En un espacio de aproximadamente un año, el 28 de julio del año 2017 y el 7 de marzo del año 2018, estos dos niños también fueron victimados por la interrupción de tratamientos a través de aparatos vitales.
Alfie, por quien el Papa hizo un apelo, tiene una enfermedad desconocida que los médicos consideran incurable y degenerativa. Ellos se dirigieron a la Corte Suprema inglesa solicitando la interrupción del tratamiento y consecuente muerte del niño.
Los jueces dieron la autorización para que los médicos interrumpiesen el tratamiento y con ello la vida de Alfie.
Esos jueces consideran el tratamiento como una obstinación terapéutica «inclemente, injusta e inhumana».
Según exámenes realizados, el niño presenta lesiones cerebrales, sin embargo respondería a algunos estímulos y todavía posee actividad cardíaca estable.
Asistir, tratar hasta el final, pide Francisco
La ejecución de la orden judicial podrá verificarse en los próximos días, informa la prensa británica y Alfie podrá morir.
Sus padres, Thomas y Katie, no pierden la esperanza, aunque la batalla legal que mueven contra la ejecución hasta ahora no haya dado resultados:
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo declaró el recurso de los padres inadmisible.
Ahora los padres piden que el pequeño Alfie sea transferido para otro hospital donde el niño pueda ser sometido a nuevas terapias.
El caso llamó la atención de todo el mundo con decenas de millares de personas que defienden la causa haciendo oraciones y expresándose en las redes sociales.
Fue entonces que los padres de Alfie pidieron el apoyo del Papa. Y fue, entonces, que Francisco hizo un apelo para que el grito de dolor de estos padres sea escuchado.
Para el Papa, es un deber «acompañar y tratar» al bebé «hasta el final». Para él «defender la vida humana, principalmente cuando se sufre por una enfermedad, es un compromiso de amor que Dios confía a cada hombre». (JSG)
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