Ciudad del Vaticano (Miércoles, 11-04-2018, Gaudium Press) En la Audiencia General de hoy en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco, inició una serie de catequesis sobre el bautismo, fundamento de la vida cristiana.
«Este tiempo pascual – dijo el Pontífice en español – es propicio para reflexionar sobre la vida cristiana, que es la vida que recibimos del mismo Cristo. De hecho, somos cristianos en la medida que dejamos que Él viva en nosotros. Para avivar esta conciencia debemos volver al origen, al sacramento del bautismo, que es el fundamento de toda la vida cristiana, es el primero de los sacramentos y es la puerta que permite al Señor hacer su morada en nosotros e introducirnos en su Misterio». «Recuerden bien», insistió el Papa: «el bautismo es el fundamento de la vida cristiana».
El bautismo es una regeneración
¿Qué es bautizar? «El verbo griego «bautizar» -explicó el Papa- significa sumergir. El baño con el agua simboliza en varias creencias el paso de una condición a otra, es signo de purificación para un nuevo inicio. Para nosotros, los cristianos, el bautismo nos sumerge en la muerte y resurrección del Señor, haciendo morir en nosotros al hombre viejo, dominado por el pecado, para que nazca el hombre nuevo, que participa de la vida de la Santísima Trinidad».
El agua del bautismo, que «no es un agua cualquiera», es aquella «sobre la que se invoca el Espíritu que da vida». Queda en la memoria la explicación que el Señor dio a Nicodemo: ««Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace de Espíritu es espíritu». (Jn 3: 5-6). De ahí la afirmación de que el bautismo, también se llama ‘regeneración’ «.
Con el bautismo también somos insertados «como miembros de su cuerpo, que es la Iglesia, y nos hace misioneros en el mundo, cada uno según su propia vocación, para que el mundo crea y sea transformado».
¿Para qué bautizar a un niño que no entiende el significado del acto que está siendo realizado? «Algunos piensan ‘para qué’ bautizar a un niño que no entiende». «Esperemos -añadió poniéndose en la boca de los padres- que crezca y entienda y sea él mismo el que pida el bautismo». «Esto -señaló- significa no tener confianza en el Espíritu Santo. Porque cuando bautizamos a un niño, en él entra el Espíritu Santo y Él hace crecer en el niño virtudes cristianas que florecerán». Se debe -exhortó Francisco- dar la oportunidad a todos los niños de tener dentro el Espíritu Santo que los guíe toda la vida. «No se olviden de bautizar a los niños», insistió.
Con información de Vatican News
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