Santiago (Lunes, 16-04-2018, Gaudium Press) El Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Jorge Medina Estévez, concedió una entrevista a la agencia ACI en la cual destacó la importancia y sacralidad de la liturgia católica, las cual que no puede reducirse a la noción de reunión o asamblea. «El centro de la Eucaristía no es el hombre, sino Dios», Rrecordó el purpurado.
Cardenal Jorge Medina Estévez, refecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Foto: Congreso Nacional de Chile |
«Es esencial comprender y vivir la liturgia como un momento sagrado. No es un momento banal, no es un momento de convivencia simpática como puede tener un grupo de amigos, es otra cosa», explicó el Prefecto emérito. El purpurado rechazó los intentos de adaptar Indebidamente la liturgia a la asamblea, ya que en los elementos del Culto dDivino «hay cosas que son inamovibles y cosas que pueden ajustarse».
Como ejemplo de una adaptación correcta de la liturgia a las circunstancias culturales, el Cardenal propuso los diferentes ritos aprobados por la Iglesia a Iglesias locales de gran tradición. «Si tú miras la liturgia como se celebra en Oriente, el rito bizantino por ejemplo, no es exactamente la forma como se celebra en Occidente en el rito romano», comentó. «Son dos formas, ambas perfectamente legítimas».
«La liturgia está orientada hacia Dios, es una alabanza, como lo son los Salmos. El centro de la Eucaristía no es el hombre, sino Dios», expuso el Card. Medina. «eEn la Misa lo importante es el Señor Jesús y no el sacerdote. Este último no es un actor, ni una estrella de cine o alguien que atrae la mirada hacia sí, sino que actúa como ministro, como servidor, como intermediario, como instrumento de la acción de Dios».
El purpurado recordó las formas válidas de recibir la Santa Comunión y la importancia de tener precauciones a la hora de recibirla, por ejemplo, cuando se hace en las manos. «La persona ahí mismo debe llevársela a la boca», indicó, con el fín de prevenir que la Eucaristía pueda ser sustraída del templo con fines sacrílegos. «A mí personalmente me agrada que la Comunión sea recibida en la boca y de rodillas, como una expresión de respeto hacia un acto tan sagrado como es recibir el Cuerpo de Cristo», concluyó.
Con información de ACI.
Deje su Comentario