Ciudad del Vaticano (Miércoles, 25-04-2018, Gaudium Press) En la Basílica de San Pedro, dieciséis nuevos sacerdotes fueron ordenados por el Papa Francisco durante celebración de la Misa de este IV Domingo de Pascua, que es denominado Domingo del «Buen Pastor» y fue la ocasión en que la Iglesia celebró el 55º Día Mundial de Oración por las Vocaciones.
Las palabras entonces dirigidas a los nuevos sacerdotes fueron, en verdad, más que una exhortación, un consejo:
«Conscientes de haber sido escogidos entre los hombres y puestos al servicio de los hombres en las cosas que son de Dios, realicen con verdadera caridad y alegría constante la obra sacerdotal de Cristo, únicamente intentando a agradar a Dios y no a ustedes mismos o a los hombres, por otros intereses. Solamente servicio a Dios, para el bien del Santo pueblo fiel de Dios.»
Mostrando a los nuevos presbíteros el significado, importancia e implicaciones del ministerio al cual fueron llamados, Francisco los incentivó a no cansarse de ser misericordiosos: «tengan delante de ustedes el ejemplo del Buen Pastor».
Creer, enseñar lo que se cree, vivir lo que se enseña
«La enseñanza de ustedes sea alimento para el pueblo de Dios, alegría y sustento a los fieles de Cristo, el perfume de sus vidas. Y con la palabra edifiquen la Casa de Dios que es la Iglesia. Ejercerán también, en Cristo, el ‘munus’ de santificar. Por el ministerio de ustedes se realiza plenamente el sacrificio espiritual de los fieles, unido al sacrificio de Cristo, que, juntamente con ellos, es ofrecido por sus manos sobre el altar, de modo sacramental, en la celebración de los santos misterios», aconsejó Francisco a los recién ordenados.
Esta exhortación fue hecha después de que el Papa aconsejase a los dieciséis ordenandos a distribuir a todos la Palabra de Dios, que es recibida con alegría: después de meditar en la ley del Señor, buscar creer en lo que leyó, enseñar lo que se cree y vivir lo que se enseña.
Tomar consciencia de lo que hacen
En el nuevo camino en que entraron, y que deberán seguir, tomen consciencia de lo que hacen, celebren el misterio de la muerte y la resurrección del Señor, esfuércense para hacer morir en ustedes todo el mal y caminen en la vida nueva.
El Papa además recordó a los nuevos presbíteros que con el Bautismo agregarán nuevos fieles para el Pueblo de Dios. Con el Sacramento de la Penitencia perdonarán los pecados en nombre de Cristo y de la Iglesia, continuó el Santo Padre, agregando en su homilía un consejo:
«Por favor, no se cansen de ser misericordiosos. Piensen en los pecados de ustedes, en las miserias de ustedes que Jesús perdona. Sean misericordiosos. Con el óleo santo darán alivio a los enfermos. Celebrando los ritos sagrados y ofreciendo en las varias horas del día la oración de alabanza con acciones de gracias y súplicas, serán voz del Pueblo de Dios y de toda la humanidad.»
«Tengan siempre delante de los ojos el ejemplo del Buen Pastor, que no vino para ser servido, sino para servir y para buscar y salvar lo que estaba perdido», encerró. (JSG)
(De la Redacción de Gaudium Press, con Informaciones de Vatican News)
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