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Amor y Servicio: gestos de Jesús que son ‘institución” para la Iglesia, dice el Papa

Ciudad del Vaticano (Viernes, 27-04-2018, Gaudium Press) «Sin amor, la Iglesia no va para adelante, la Iglesia no respira. Sin el amor, no crece, se transforma en una institución vacía, de apariencias, de gestos sin fecundidad», fueron palabras del Papa Francisco dichas en la misa matutina de este jueves.

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El Papa basó su homilía en el Evangelio propuesto por la liturgia para ese día. En este trecho del Evangelio San Juan Evangelista se refiere a las palabras de Nuestro Señor después del lava-pies.

Francisco explicó que en la Última Cena Jesús se despide de los discípulos con largas y bellas palabras realizando «dos gestos que son instituciones».

Dos gestos hechos para los discípulos y para la Iglesia que vendrá, gestos «que son el fundamento, por así decir, de su doctrina»:

Jesús «da de comer su cuerpo y de beber su sangre», o sea, realiza el lava-pies e instituye la Eucaristía. «De esos gestos nacen los dos mandamientos que harán crecer la Iglesia si somos fieles», comentó Francisco.

Amor y Servicio

Con estos gestos, Jesús nos enseña: el amor con la Eucaristía; el servicio con el lava-pies; y también nos dice que un siervo jamás está arriba de su señor.

Estos tres elementos son el fundamento de la Iglesia: fue lo que afirmó el Papa Francisco.

Los gestos

El primero de los gestos es el mandamiento del amor: no solamente «amar al prójimo como a sí mismo», sino que Él dio un paso más: «amar al prójimo como yo los amé».

«El amor sin límites. Sin esto, la Iglesia no va para adelante, la Iglesia no respira. Sin el amor, no crece, se transforma en una institución vacía, de apariencias, de gestos sin fecundidad. Ir a su cuerpo: Jesús dice cómo debemos amar, hasta el final».

El segundo gesto es el segundo nuevo mandamiento, que nace del lava-pies: «servir unos a otros», lavar los pies unos a otros, como yo los lavé. Dos nuevos mandamientos y una única advertencia: «Ustedes pueden servir, pero enviados por mí. No están arriba de mí.»

Jesús aclara sus actitudes, sus gestos: «el siervo no está por encima de su señor y el mensajero no es mayor que aquel que lo envió».

Humildad, Subordinación

Así es la humildad: simple y verdadera. No la humildad fingida, dice Francisco:

La consciencia de que Él es mayor que todos nosotros, y nosotros somos siervos, y no podemos sobrepasar a Jesús, no podemos usar a Jesús.

Él es el Señor, no nosotros. Este es el testamento del Señor. Él se da de comer y beber y nos dice: ámense así. Lava los pies y nos dice: sirvan así, pero estén atentos, un siervo jamás es mayor que aquel que lo envió, del Señor. Son palabras y gestos contundentes: es el fundamento de la Iglesia. Si vamos adelante con esas tres cosas, nunca vamos a errar.»

Los mártires y los santos, continuó el Papa, fueron adelante así:
«con esta consciencia de ser siervos».

…que la mirada de Jesús entre en mí

Después de eso Jesús todavía hace otra advertencia:

«Yo conozco aquellos que escogí» y dice: «Pero sé que uno de ustedes me traicionará». Por eso, Francisco concluye invitando a todos, en un momento de silencio, a dejarse mirar por el Señor:

«Es dejar que la mirada de Jesús entre en mí. Sentiremos tantas cosas: sentiremos amor, sentiremos tal vez nada… nos quedaremos bloqueados allí, sentiremos vergüenza. Pero dejar siempre que la mirada de Jesús venga. La misma mirada con la cual miraba, en aquella noche, los suyos en la cena. El Señor conoce, sabe todo».

Amor hasta el fin, finalizó el Papa, servicio, y «vamos a usar una palabra un poco militar, pero que es útil: subordinación, esto es, Él es el mayor, yo soy siervo, nadie puede pasar en frente suyo». (JSG)

(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de Vatican News)

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