Managua (Jueves, 03-05-2018, Gaudium Press) Multitudinaria, así fue la Peregrinación por la Paz y Consagración al Inmaculado Corazón de María en la que participaron cientos de nicaragüenses el pasado sábado 28 de mayo en Managua. El propósito pedir por la paz del país ante los difíciles actos de violencia que ha vivido Nicaragua y poner el país en las manos de la Madre de Dios.
Acompañados por el rezo del Santo Rosario, llevando pancartas con la petición especial del retorno de la paz a la nación, y entonando cantos dedicados a Nuestra Señora, los peregrinos iniciaron camino desde tres puntos diferentes de la capital nicaragüense para llegar a la Catedral de la Inmaculada Concepción de María de Managua.
«Este peregrinar, este caminar es un caminar de penitencia pidiéndole al Señor la fortaleza y la animosidad para tener este encuentro con Él y construir una Nicaragua mejor», señaló el Padre Julio Arana, párroco de la Iglesia de San Judas Tadeo y participante de la peregrinación, en entrevista con el medio de comunicación local «Con Fervor Católico».
Por su parte, el Padre Oreste Fontes, párroco de la Iglesia de Santa Ana de Managua, quien también participó de la iniciativa por la paz, habló sobre la importancia del a Consagración del país: «Consagrarnos tiene el significado de apartarse, separarse para el Señor, de pertenencia suya. Por lo tanto, nunca nos abandonará y no nos dejará perdernos y siempre nos protegerá, porque estamos en su corazón, somos de Dios».
Procedentes de tres puntos de Managua cientros de pererinos se congregaron en la Catedral / Foto: Arquidiócesis de Managua. |
Ya en la Catedral, el Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua, dijo sobre la consagración: «Hoy rendiremos ante el Señor y el inmaculado corazón de la Reina de la Paz, nuestros corazones y nuestro suelo, para que nunca olvidemos que el templo santo en el que Dios habita y tiene sus ojos y su corazón día y noche es cada vida y ser humano: templos vivientes que son sagrados, inviolables y que siempre han de ser respetados y amados sin violencia, injusticia, crueldad y ninguna forma de opresión. Recordemos que somos templos y sagrarios del Espíritu Santo».
El Cardenal también dirigió una oración a la Madre de Dios: «María, Reina de la Paz, reina en nuestro suelo, reina en nuestras familias, reina en nuestros corazones, hoy consagramos a tu Inmaculado Corazón la nación entera y te suplicamos, oh Virgen gloriosa y bendita: Vuelve hacia nosotros tus ojos misericordiosos, consuela el llanto de los desgarrados y desterrados hijos de Eva; oh piadosa, oh dulce Virgen María, cúbrenos con tu manto y ruega ante el trono soberano de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén».
La consagración fue presidida por Mons. Silvio José Baéz, Obispo Auxiliar de Managua, quien la pronunció en compañía de los cientos de peregrinos.
«A ti Virgen Purísima, a tus manos maternales y a tu Corazón Inmaculado, consagramos esta tarde a nuestro país. A ti Madre Santísima consagramos nuestras familias, nuestras comunidades y nuestras instituciones. Que Nicaragua, tu pueblo amado, sea capaz de encontrar caminos de tolerancia y de comunión, de fraternidad y de paz», fueron parte de las palabras de la Consagración de Nicaragua al Inmaculado Corazón de María.
Fue en 1982 cuando Nicaragua se consagró por última vez a la Inmaculado Corazón de María.
Con información de Arquidiócesis de Managua y Con Fervor Católico.
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