Ciudad del Vaticano (Lunes, 07-05-2018, Gaudium Press) «Pidamos al Señor que nos dé siempre buenos pastores, que no falte a la Iglesia la protección de los pastores: no podemos ir adelante sin eso. Que sean hombres así, trabajadores, de oración, próximos, próximos al pueblo de Dios… digamos, en una sola palabra: hombres que sepan vigilar».
Esta fue la oración que el Papa Francisco hizo al final de su homilía realizada durante la Santa Misa que él celebró el viernes en la Capilla de la Casa Santa Marta.
El Papa venía tratando de la temática del Obispo y su misión, inspirándose en la Primera Lectura extraída de los Hechos de los Apóstoles, que describe un momento difícil dentro de la comunidad de Antioquía.
«Nos enteramos que algunos de los nuestros causaron perturbaciones con palabras que trastornaron vuestro espíritu», escriben Pedro y los apóstoles a aquellos cristianos, instigándolos a restablecer la paz, dentro de la inspiración del Espíritu Santo.
Por una carta, envían Bernabé y Pablo y otros discípulos de confianza para Antioquía, causando alegría entre los cristianos «por el aliento que infundía», narra además la Primera Lectura.
Recuerda el Papa que los que se presentaron para defender a las personas afirmando ser «ortodoxos de la verdadera doctrina» y «creyendo ser los verdaderos teólogos del cristianismo», en verdad, desorientaron al pueblo. Entonces los apóstoles fueron allá para confirmar al pueblo en la Fe. Exactamente la misión de los obispos de hoy: confirmar en la Fe.
Qué es un Obispo
Francisco así definió lo que sea el Obispo: «es aquel que supervisa, que controla, es el centinela», «que sabe guardar para defender el rebaño de los lobos que se aproximan».
La vida del obispo «está implicada con la vida del rebaño».
El Obispo hace algo más. Él vigila como el pastor vigila, dijo Francisco. Vigila: «Una bella palabra para describir la vocación del obispo», dice el Papa:
«Hacer la vigilia significa envolverse en la vida del rebaño: Jesús distingue bien el verdadero pastor del empleado, de aquel que recibe un salario y no se importa si el lobo viene y se come una oveja: él no se importa.
Envés de eso, el verdadero pastor que vigila, que está envuelto en la vida del rebaño, defiende no solo a todas [las ovejas], sino que defiende a cada una, confirma a cada una y si una se va o se pierde, él va atrás para traerla de vuelta. Está tan envuelto que no deja que ninguna se pierda.»
El Obispo y la Proximidad
El verdadeiro obispo conoce el nombre de cada oveja y eso, afirmó el Papa, nos hace comprender cómo Jesús concibió al obispo: como alguien próximo, prójimo. Y el pueblo cristiano siente esa proximidad.
Proximidade, Vigilância
Concluyendo, Francisco recordó a Santo Toribio de Mogrovejo para indicar como debe ser la vida e la muerte de um Obispo, y pidió a Dios que diera buenos pastores a su grey. (JSG)
(De la Redacción de Gaudium Press, com informaciones de Vatican News)
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