Ciudad del Vaticano (Miércoles, 09-05-2018, Gaudium Press) La Santa Sede divulgó ayer el Estatuto definitivo que regirá al nuevo Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, instituido por el Papa Francisco el 4 de junio de 2016. El Estatuto entra en vigor a partir del 13 de mayo.
El nuevo organismo del Vaticano comenzó a funcionar en carácter de experiencia en septiembre de 2016, sustituyendo al Pontificio Consejo para los Laicos y al Consejo Pontificio para la Familia.
Las competencias del Dicasterio para Laicos, Familia y Vida son las mismas que pertenecían anteriormente a los Consejos Pontificios fundidos y que dejaron de existir.
El artículo primero de los nuevos estatutos indica que será competencia del Dicasterio «aquellas materias que pertenecen a la Sede Apostólica para la promoción de la vida y del apostolado de los fieles laicos, para el cuidado pastoral de los jóvenes, de la familia y de su misión, de acuerdo con el plan de Dios y para la protección y apoyo de la vida humana».
Los estatutos especifican la organización del dicasterio que será presidido por el prefecto, asistido por un secretario (que puede ser laico) y cuenta con por lo menos dos secretarios laicos.
Además, habrá un gran número de funcionarios, clérigos y laicos que son electos, en la medida de lo posible, de diferentes regiones del mundo, según las normas actuales de la Curia Romana.
El nuevo organismo visa la promoción de los fieles laicos en la Iglesia y el mundo. Será una de las bases de la naturaleza del Dicasterio, además de eso, «favorecer en los fieles laicos la consciencia de la co-responsabilidad, en virtud del Bautismo, para la vida y la misión de la Iglesia».
También promoverá iniciativas de misericordia, caridad y de promoción humana y social.
Suscitar la participación de los jóvenes «en medio de los desafíos del mundo actual», será otra de las premisas del Dicasterio, que apoyará «todas las iniciativas del Santo Padre en el ámbito de la pastoral juvenil».
A la luz del Magisterio papal, promoverá «la atención pastoral de las familias, protege su dignidad y su bien» y, basado en el sacramento del Matrimonio, favorecerá «sus derechos y responsabilidades en la Iglesia y la sociedad civil, para que la institución familiar pueda cumplir cada vez mejor sus funciones tanto en el ámbito eclesial como social».
El Dicasterio ofrecerá un significativo apoyo para sustentar «la protección de la vida humana desde la concepción hasta su fin natural». (JSG)
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