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Lisboa – Portugal (Viernes 11-05-2018, Gaudium Press) La Asociación de los Médicos Católicos Portugueses se congratuló este miércoles con el veto del presidente de la República Portuguesa al diploma de cambio de género a los 16 años.
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Dice la nota de la Asociación dirigida a la prensa:
«Creemos que el envolvimiento y el apoyo de los médicos en las situaciones de disforia de género es de enorme importancia para el acompañamiento y tratamiento de estos casos». (Quien tiene disforia de género siente fuertemente que no es del género del cual físicamente trae las apariencias.)
El presidente Marcelo Rebelo de Sousa envió un mensaje a la Asamblea de la República, donde solicita que se pondere la inclusión de informe médico previo a la decisión sobre la identidad de género antes de los 18 años de edad.
El presidente de la República solicita al Parlamento que se debruce, de nuevo, sobre la presente materia, en un punto específico: «el de la previsión de evaluación médica previa para ciudadanos menores de 18 años».
La misiva enviada a los diputados recuerda que este es un campo en que «la innovación introducida está lejos de ser consensual ya sea en la sociedad, ya sea entre los médicos católicos (…) y entre los propios dirigentes políticos».
Los Obispos Portugueses
A este propósito, hace ya algún tiempo, los obispos portugueses vienen alertando a la población sobre las «posibles repercusiones legislativas y educativas en cuanto al cambio de sexo», reiterando preocupaciones manifestadas en los últimos años.
Mons. Manuel Clemente, presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP), declaró hace poco que la masculinidad y femineidad «no es un agregado cultural», sino que es «constitutiva de la persona, de su modo de ser, no un simple atributo», considerando que anticipar una decisión de este tipo para los 16 años es «muy ilegítimo».
En octubre del año pasado la Conferencia Episcopal Portuguesa manifestó su «preocupación» delante de las propuestas que visaban permitir a menores de edad el cambio de sexo, incluso contra la opinión de los padres, a partir de los 16 años.
Cuatro años antes, 2013, los obispos católicos publicaron una carta pastoral con el título «A propósito de la ideología de género».
En ella los prelados sustentaban que «en el plan estrictamente científico, obviamente, es ilusoria la pretensión de prescindir de los datos biológicos en la identificación de las diferencias entre hombres y mujeres».
Recordaban además que un parecer del Consejo Nacional de Ética para las Ciencias de la Vida (CNEV) contestaba la «atribución a los menores de 16 años de la posibilidad de acceso universal a la autodeterminación de género, como simple expresión de voluntad individual autónoma», sin acautelar «ponderadamente cuestiones asociadas a su propio proceso de maduración y desarrollo neuro-psíquico». (JSG)
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