Honolulu (Viernes, 11-05-2018, Gaudium Press) El Obispo de Honolulu, Hawai, Mons. Larry Silva, hizo un llamado a la oración por los damnificados de la erupción del volcán Kilauea en la «Gran Isla» de Hawai, el cual ya ha causado la evacuación de más de 10 mil personas y destruido más de 20 hogares en los últimos cuatro días. El Obispo destacó el espíritu de solidaridad de los feligreses que han ayudado a sus hermanos en la fe que han tenido que dejar sus hogares.
La imposibilidad de detener el avance de la lava motivó la evacuación de miles de personas en Honolulu, Hawai. |
«Aunque la actividad volcánica solamente es visible desde allí en una distante fuente de humo, el pueblo está definitivamente en alerta elevada» relató el Obispo a National Catholic Register . Las nuevas fisuras de cráter descubiertas en una área residencial dentro de los límites de la Parroquia del Sagrado Corazón han emitido lava que avanza hacia los hogares motivando la evacuación de miles de familias.
El prelado explicó la estrecha relación de los habitantes con la amenaza volcánica constante pero destacó la particularidad de la situación actual. «El volcán Kilauea ha estado haciendo erupción cerca de tres décadas. La mayor parte de las erupciones han ocurrido en áreas no pobladas. Cerca de cuatro años atrás, la lava comenzó a fluir hacia el pueblo de Pahoa, el hogar de la Parroquia del Sagrado Corazón, pero en efecto se detuvo antes de entrar en el pueblo e hizo muy poco daño a las estructuras», agregó el prelado. Como muestran imágenes que han dado la vuelta al mundo, en esta ocasión la lava ya avanzó dentro del territorio residencial llevando a su paso hogares, vehículos y otros bienes dejados por los pobladores.
Los expertos han advertido sobre la imposibilidad de detener el flujo de lava, la cual avanza de una manera lenta pero implacable a una temperatura de casi 2000 grados Fahrenheit. La Oficina de Ministerios Sociales de la Diócesis de Honolulu y la organización Catholic Charities Hawai han provisto refugio, alimentos, vestuario, y otros bienes de emergencia a los evacuados.
«Muchos de los feligreses me han contado que casi todos los evacuados que pertenece a la parroquia fueron llevados a hogares de otros feligreses que viven fuera del área afectada», relató Mons. Silva. «Todas las personas de la isla están compartiendo sus recursos con sus prójimos en necesidad» expresó. El Obispo pidió «las oraciones de todos nuestros hermanos y hermanas a través del país. En este punto todavía estamos midiendo las necesidades, pero estoy seguro de que muchos recursos serán necesarios para ayudar a que las personas reconstruyan sus vidas, especialmente aquellos que no sólo han perdido sus hogares, sino la misma tierra en la cual sus hogares estaban ubicados», concluyó.
Con información de National Catholic Register.
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