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Phoenix (Martes, 15-05-2018, Gaudium Press) «El infierno es una de las menos populares todas las doctrinas cristianas», recordó el Obispo de Phoenix, Estados Unidos, Mons. Thomas Olmsted en un nuevo artículo sobre los novísimos o últimas realidades, esta vez dedicado al tema del infierno. En su exposición, el prelado afirmó que el infierno es producto del respeto de Dios a la libertad humana.
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| Mons. Thomas Olmsted, Obispo de Phoenix, Estados Unidos. Foto: The Catholic Sun. |
«Dios no envía a nadie al infierno. De hecho, la Palabra de Dios enseña que ‘Dios … quiere que todos se salven'», recordó el Obispo. «Sin embargo, Dios también dotó a Sus hijos con el regalo de libre albedrío, sabiendo que algunos utilizarían esta libertad no para bien sino para mal». Sin esta libertad, los hombres serían autómatas y gracias a ella las personas tienen libertad incluso de rechazar a Dios y buscar vivir según sus propios términos.
Para ilustrar la manera como se aplica esta realidad de la misericordia de Dios, Mons. Olmsted recordó la parábola del hijo pródigo, para destacar la figura del hermano mayor quién decide quedarse aislado de la fiesta ofrecida por el padre misericordioso, a pesar de que está abierta para todos. «A pesar de que Dios tiene sed de nuestra comunión con Él, algunos deciden excluirse. Tales personas han elegido la prisión de soledad hecho construida por ellas mismas en lugar de la alegría de la comunión con Dios», alertó el Obispo.
«Mientras que Jesús habló a menudo del amor y la misericordia de Dios, Él frecuentemente advirtió a Sus seguidores sobre la realidad del infierno», agregó. «Por lo tanto, el amor perfecto de Dios y la existencia del infierno son de alguna manera armoniosos». Tras citar varias de las advertencias de Jesucristo sobre la realidad del infierno incluidas en los eEvangelios, el prelado invitó a tomar en serio esta enseñanza: «Es de importancia eterna que nos tomemos a pecho estas palabras de Jesús habladas con amor. Creemos en el infierno, no sólo porque tiene sentido, sino porque Jesús nos enseñó acerca de él».
Las imágenes sobre el infierno que la Iglesia ha promovido a los largo de su historia son ciertamente aterradoras y han servido para alertar sobre una realidad autenticamente de vida o muerte, expuesta en el Catecismo de la Iglesia Católica. «Morir en pecado mortal sin estar arrepentido ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de Él para siempre por nuestra propia y libre elección. Este estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los bienaventurados es lo que se designa con la palabra ‘infierno'», declara el documento.
El prelado concluyó su artículo animando a prestar atención a la llamada de Cristo a la conversión y prometió elaborar un nuevo texto en el cual abordará la preocupación de los creyentes sobre lo que sucede a sus familiares y seres queridos si no logran llegar al cielo, con el fin de animarlos a confiar siempre en la misericordia de Dios
Con información de The Catholic Sun.
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