Lisboa – Portugal (Miércoles, 16-05-2018, Gaudium Press) La Asociación de los Médicos Católicos Portugueses (AMCP) se reunió con el Presidente de la Orden de los Médicos, Miguel Guimarães, reafirmando su oposición a la legalización de la eutanasia en Portugal y alertando sobre la «presión» que recaerá sobre los enfermos más frágiles.
Presión sobre los más frágiles
Una nota distribuida por la AMCP afirma que «Seguramente, muchos enfermos, de modo particular los más pobres y frágiles, se sentirán socialmente presionados a requerir la eutanasia, porque se sienten ‘que sobran’ o son un peso para la familia y para la sociedad. Hay un enorme riesgo de crear un efecto de desmoralización en estos enfermos, llevándolos a desistir de vivir».
Enfermos Graves e Incurables
Los médicos católicos destacan además, en particular, la situación de las personas con enfermedades graves e incurables. Y recelan también surja una falta de estímulo y «menor inversión» en los servicios de salud para estos enfermos.
Alerta la AMCP: «Se corre el grave riesgo de concluir que, al final, ¿para qué gastar recursos con estos enfermos cuando sus vidas pueden ser acortadas?».
‘Slippery slope’
Los dirigentes de la Asociación de los Médicos Católicos Portugueses hablaron también con el Presidente de la Orden de los Médicos del denominado fenómeno de rampa deslizante (slippery slope).
«La experiencia de los Estados que legalizaron la eutanasia revela que no es posible restringir esa legalización a situaciones raras y excepcionales; su campo de aplicación pasa gradualmente de la enfermedad terminal a la enfermedad crónica y a la deficiencia, de la enfermedad física incurable a la enfermedad psíquica difícilmente curable, de la eutanasia consentida por la propia víctima a la eutanasia consentida por familiares de recién nacidos, niños y adultos con deficiencia o con alteraciones profundas del estado de consciencia», dijo Pedro Afonso, presidente de la AMCP.
No matar, favorecer la vida
La Asociación espera que la legalización de la eutanasia sea rechazada el próximo día 29 de mayo, en la Asamblea de la República, y propone como alternativa de acabar con la vida, «invertir más en los cuidados paliativos, aliviando el sufrimiento, ayudando a mejorar la calidad de vida de los enfermos y las familias».
La Iglesia Católica en Portugal está celebrando hasta el domingo la Semana de la Vida de 2018, dedicada al tema de la eutanasia, buscando promover un debate «sereno» sobre el tema, presentando su posición a la sociedad.
Las propuestas de la Comisión Episcopal del Laicado y Familia, a través de su Departamento Nacional de la Pastoral Familiar (DNPF) parten de una alerta del Papa Francisco, sobre las «nuevas interrogaciones» relativas al «sentido de la vida humana». (JSG)
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