Ciudad del Vaticano (Jueves, 24-05-2018, Gaudium Press) Durante la Audiencia General de ayer miércoles el Papa Francisco apeló a las comunidades católicas para que se unan en oración por todos los fieles católicos en China.
El Papa pidió a todas las diócesis de Occidente «unirse espiritualmente» a los hermanos chinos, para que estos «puedan vivir su fe con serenidad y generosidad».
El pedido de Francisco es hecho en la víspera de la fiesta anual de una devoción mariana muy difundida por China: Nuestra Señora Auxiliadora.
Con este título Nuestra Señora es «particularmente venerada en el Santuario de Sheshan, en China», cerca de Shangai, recordó el Santo Padre.
El Papa Francisco pidió la intercesión de María Santísima para que las comunidades católicas chinas «sepan ser señal de fraternidad, concordia y reconciliación, por la comunión con el Sucesor de Pedro».
Estas palabras y recordaciones fueron proferidas después de la catequesis, cuando el Pontífice dirige saludos a los varios grupos de peregrinos que están en la Plaza San Pedro. Ellos fueron dirigidos directamente a los peregrinos chinos hoy allí presentes.
El Papa les garantizó que «la Iglesia universal reza con ellos y por ellos» para que «en medio de la dificultad puedan continuar a confiarse en las manos de Dios».
Relaciones diplomáticas Vaticano-China
Hace 67 años el Gobierno de Pekín decidió expulsar todos los misioneros extranjeros del país. Desde entonces las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y China están interrumpidas.
El Papa Pío XII negó la creación de una Iglesia china, separada de la Santa Sede en 1952 y reconoció formalmente la independencia de Taiwán, donde se estableció el Nuncio Apostólico después de la expulsión de China.
El Gobierno chino creó la Asociación Patriótica Católica – APC, una institución paralela que tenía como blanco la Iglesia Católica y la Santa Sede, pues, ella visaba evitar «interferencias extranjeras» y, con eso, asegurar que los católicos viviesen en conformidad con las políticas del Estado.
Esta fue una medida tomada por el régimen comunista que afectó millones de fieles que todavía reconocen en China la autoridad del Papa y que a lo largo de los años han sido obligados a vivir su fe en la clandestinidad. Sin duda una de las dificultades y sufrimientos por los cuales el Papa pidió el Auxilio de María. (JSG)
Deje su Comentario