sábado, 23 de noviembre de 2024
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Negar salario a los que trabajan es pecado mortal, recuerda el Papa

Ciudad del Vaticano (Viernes, 25-05-2018, Gaudium Press) Tomar distancia de las riquezas, porque estas nos fueron ofrecidas por Dios para el servicio. A este tema el Papa Francisco dedicó la misa celebrada en la mañana de ayer jueves (24/05) en la Casa Santa Marta.

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Riqueza podrida

En su homilía, el Papa recordó la Lectura de San Santiago apóstol, que habla del salario no pagado a los trabajadores y su clamor que llega a los oídos del Señor.

Para Francisco San Santiago usa expresiones contundentes para hablar a los ricos, condenando la «riqueza podrida», como hizo Jesús:
«¡Ay de vosotros ricos!», es el primer ataque después de las Bienaventuranzas en la versión de Lucas. «¡Ay de vosotros ricos!».
(…) La pobreza está en el centro del Evangelio. La predicación sobre la pobreza está en el centro de la predicación de Jesús: «Bienaventurados los pobres, recuerda el Papa, es la primera de las Bienaventuranzas.»

Y continuó Francisco, todavía recordando que Jesús, al volver a la sinagoga de Nazaret, habló de sí mismo en estos términos: «El Espíritu está sobre mí, fui enviado para anunciar el Evangelio, la Buena Nueva a los pobres, el alegre anuncio a los pobres».

Pero en la historia, continúa el Pontífice, siempre tuvimos esta debilidad de intentar sacar esta predicación sobre la pobreza, creyendo tratarse de algo social, político. ¡No! Es Evangelio puro, es Evangelio puro.»

Primer Mandamiento y servir a dos Señores

Francisco preguntó por qué una predicación así, «tan dura».

Y él mismo responde afirmando que la razón está en el hecho de que «las riquezas son una idolatría», son capaces de «seducir».

Recuerda el Pontífice que el propio Jesús dijo que «no se puede servir a dos señores: o usted sirve a Dios o a las riquezas», o sea, Jesús dio la «categoría de ‘señor’ a las riquezas, señor que cuando se sirve va contra el primer mandamiento» que es amar a Dios con todo el corazón, sobre todas las cosas.

Segundo Mandamiento

Las riquezas pueden ir también contra el segundo mandamiento, dijo Francisco, porque destruyen la relación armoniosa «entre nosotros hombres», «dañamos la vida», «dañamos el alma».

Y el Papa recordó la Parábola del rico que pensaba en la «buena vida», en las fiestas, en las ropas lujosas y del mendigo Lázaro, «que no tenía nada».

En sus palabras, dijo Francisco, Santiago reivindica el salario de los trabajadores que cultivaron la tierra y no fueron pagados.

El Papa afirmó que el apóstol «habla bajo la inspiración del Espíritu Santo» y parece hasta una cosa de nuestros días, dijo, para luego destacar:

«¡Ay de vosotros!». «¡Ay de ustedes que explotan a las personas, que explotan el trabajo, que pagan de manera informal, que no pagan la contribución para la jubilación, que no dan vacaciones! ¡Ay de vosotros!

«Defraudar lo que se debe pagar, el salario, es pecado, es pecado.»

«Esa injusticia es pecado mortal. Usted no está en las gracias de Dios. No soy yo quien lo está diciendo, es Jesús, es el apóstol Santiago. Por eso las riquezas nos alejan del segundo mandamiento, del amor al prójimo.

Rezar por los ricos

Las riquezas, por tanto, tienen una capacidad de tornarnos «esclavos»: por eso Francisco exhorta a «hacer un poco más de oración y un poco más de penitencia» no por los pobres, sino por los ricos.

Usted no es libre delante de las riquezas. Usted para ser libre delante de las riquezas debe tomar distancia y rezar al Señor. (JSG)

(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de Vatican News)

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