Pekín – China (Martes, 29-05-2018, Gaudium Press) En apenas diez días de este mes de mayo, autoridades del gobierno comunista chino prendieron 21 ciudadanos japoneses por practicar actividades misioneras.
En el país, las actividades religiosas de extranjeros son reglamentadas por una severa ley que prohíbe el proselitismo y las reuniones religiosas sin previa autorización.
De acuerdo con el ministerio japonés de Asuntos Exteriores, cinco de los detenidos retornaron al Japón, tres fueron deportados y posiblemente los otros permanecen detenidos en China.
Es claro que no es la primera vez que misioneros son presos en China. En noviembre del año pasado 19 japoneses cristianos fueron detenidos en el país.
Tokio pide que las autoridades de Pekín traten a sus conciudadanos del modo adecuado. Entretanto el portavoz del ministerio chino de Asuntos Exteriores, Lu Kang, afirmó que «China es un Estado donde rige la ley» y que los derechos legales de todas las partes serán tutelados, pero «también los extranjeros deben respetar las leyes chinas y no cometer crímenes».
Desde 1991 Pekín impone severas reglamentaciones sobre las actividades religiosas de los extranjeros, prohibiendo toda actividad misionera y cualquier reunión con finalidades religiosas que no estén autorizadas previamente.
Una revisión a estas normas está siendo hecha desde el inicio de mayo por las autoridades chinas, que están anunciando nuevas restricciones sobre la vida religiosa de los extranjeros en el país. (EPC)
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