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Rennes – Francia (Miércoles, 30-05-2018, Gaudium Press) El próximo 31 de mayo en Rennes, Francia, será realizada una conferencia sobre Madame Elizabeth, hermana del rey Luis XVI. El conferencista invitado es el padre Xavier SnoëK, de la diócesis de París y postulador de la Causa de beatificación de la sierva de Dios. La Iglesia Católica reconoció su martirio, y en 1953 fue abierto su proceso de beatificación. ¿Irá Madame Elizabeth a unirse a la letanía de los Santos de Francia, un día? Esta y otras cuestiones sobre la vida de Madame Elizabeth serán respondidas por el postulador de la Causa de beatificación de Madame Elizabeth. El evento es organizado por iniciativa de Isabelle Rohan Chabot.
La princesa Elizabeth, la hermana más joven de Luis XVI, nació en Versalles el 3 mayo de 1764. En su fisionomía, en un retrato pintado por Elizabeth Vigée Le Brun, se evidencian la pureza, la bondad y la nobleza de alma. Según el postulador padre Snoëk, ella comprendió bien temprano cuál era su vocación, que no se casaría y tampoco sería religiosa. Ella viviría como ejemplo en medio de los suyos y sobre todo en el auxilio a los pobres y enfermos, oficio al cual ella se entregó enteramente.
Cuando explotó la Revolución Francesa, que persiguió a la religión y la nobleza, aunque podía evadirse de Francia para salvar su vida, se quedó junto a la familia real y sufrió este calvario hasta el final. Fue el apoyo de la reina María Antonieta y de su hermano, durante la dura persecución que ensangrentó a Francia.
El historiador Dominique Sabourdin Perrin, afirma: «Dedicada a los pobres, ella estará dedicada a su familia cuando, en 1792, esté presa en el Templo. Ella se preocupa, consuela y defiende a su cuñada Marie-Antoinette, y sus sobrinos y sobrinas. Llegó hasta a cuidar de Madame Tison, su carcelera, que la había denunciado varias veces.»
En un ambiente donde se respiraba el odio y la venganza por parte de los revolucionarios, Madame Elizabeth fundó, durante el auge de esta tempestad sangrienta, en 1790 una hermandad dedicada al Inmaculado Corazón de María.
La sierva de Dios fue guillotinada, por odio a la fe, juntamente con otros veinticuatro prisioneros el 10 de mayo de 1794: «Ella tenía apenas 30 años, pero una fe inamovible en la vida eterna», afirma el P. Xavier. Testigos de la época testimonian que después de que la princesa fue muerta por el verdugo, un suave perfume de rosas tomó toda la plaza de la Concorde.
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