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Kampala (Miércoles, 06-06-2018, Gaudium Press) Más de 30 Obispos de diferentes países de África y más de 200 sacerdotes concelebraron en el Santuario de Namugongo, Uganda, la Eucaristía de la Fiesta de los Mártires, la principal manifestación pública de fe del país, la cual fue presidida por el Arzobispo de Tororo, Uganda, Mons. Emmanuel Obbo. Las toridades civiles calcularon en dos millones la cantidad de peregrinos que arribaron al Santuario de Namugongo, muchos de los cuales llegaron a pie tras recorrer cientos de kilómetros.
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| Vista aérea de las celebraciones del Día de los Mártires de Uganda. Foto: Conferencia de Obispos Católicos de Uganda. |
«Jesús murió por nosotros. Los mártires de Uganda murieron y se convirtieron en la luz de Cristo», expresó en su homilía Mons. Obbo, según reportó Crux . «Abrieron la puerta a creer en Cristo en Uganda, África y el mundo entero». El testimonio de los crueles sufrimientos de los 22 fieles católicos asesinados por órdenes del rey Mwanga II entre 1885 y 1887 se ha convertido en una inspiración para los creyentes locales, que peregrinan a pie en honor del camino que los mártires tuvieron que recorrer hasta el lugar de su tortura.
Mons. Gerald Kalumba, sacerdote de la parroquia de Cristo Rey en Kampala, explicó la importancia de esta celebración al informativo ugandés Daily Monitor. «Nosotros no celebramos a los mártires como historia, sino como vida real. Por eso es que vamos y participamos en la celebración y nos hacemos testigos modernos», expuso. «Nosotros continuamos sus vidas. Sus vidas deben permanecer relevantes en las nuestras (…). Incluso si no es un testigo a través del derramamiento de la sangre, (los creyentes) son mártires auténticos en el sentido de vivir una auténtica vida cristiana especialmente en la Uganda de hoy».
Los fieles participan de manera multitudinaria en las celebraciones y comparten numerosos testimonios de favores obtenidos por la intercesión de los Mártires. «La primera vez que vine oré para que obtuviera dinero para comenzar una granja», relató John Ole, de 67 años, a Catholic News Service. «Unos meses después de regresar, una organización de caridad me ofreció tres vacas y cinco cabras con las que comencé una granja». Una mujer de 34 años, Anna Atieno, que caminó más de 250 millas desde Kenia, expresó: «Dios es grandioso. Yo era estéril y oré a Dios a través de los Mártires de Uganda y tengo un bebé. Es por eso que he caminado hasta este lugar para agradecerles».
Con información de Crux, CNS y Daily Monitor.
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