Ciudad del Vaticano (Jueves, 07-06-2018, Gaudium Press) En la mañana de este miércoles, durante la Audiencia General, en la Plaza San Pedro, el Papa Francisco dio continuidad a su ciclo de catequesis sobre el Sacramento de Confirmación.
El Papa trató los efectos que el Don del Espíritu Santo hace madurar en el alma y en la vida de los cristianos.
Paz y «curiosidad»
Durante su reflexión Francisco pidió el fin de la «curiosidad», de la maledicencia, que es capaz de minar la paz que el Espíritu Santo coloca en nuestras almas, destruyendo también la paz en las comunidades católicas.
«No, a las palabras de curiosidad, que destruyen», recomendó el Papa a los millares de peregrinos en la Plaza.
«Piensen bien: la curiosidad no es una obra del Espíritu Santo, no es una obra de la Iglesia, destruye lo que Dios hace. ¡Por favor, evitemos curiosear!».
Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press. |
El Pontífice reforzó que el Espíritu Santo es un don y las gracias que recibimos debemos dar a los otros, y no almacenarlas: «Las gracias son recibidas para dar a los demás. Eso hace el cristiano.»
«La Iglesia somos todos nosotros y todos tenemos la responsabilidad de santificar unos a otros, cuidar de los otros. La Iglesia somos nosotros. Cada uno tiene su trabajo, pero la Iglesia somos todos nosotros.»
Así, la Confirmación une más fuertemente como miembro vivo al cuerpo místico de la Iglesia, vinculando a la Iglesia universal y fortaleciendo el compromiso con la vida de la Iglesia particular, en unión con el Obispo. Este, como sucesor de los Apóstoles, es el ministro originario de este sacramento.
El Papa explicó que al final del rito de la Confirmación, el Obispo dice a cada confirmando: «La paz esté contigo», recordando el saludo de Cristo a los discípulos.
Francisco destacó, entonces, que el Sacramento de la Confirmación es recibido apenas una vez y tiene un dinamismo espiritual que «perdura a lo largo del tiempo»:
«El don del Espíritu Santo entra en nosotros y da frutos, para que nosotros, después, lo podamos dar a los otros».
Cultivar la semilla
Otra característica del Crisma que el Papa subrayó es que este sacramento es recibido una sola vez, pero su dinamismo espiritual perdura a lo largo del tiempo.
Francisco, además, destacó que nadie recibe la Confirmación solamente para sí mismo, sino para cooperar para el crecimiento espiritual de los otros.
Aquello que recibimos de Dios como don debe ser donado para que sea fecundo y no sepultado por temores egoístas.
«Cuando tenemos la semilla en manos no es para colocarla en el armario, es para sembrar. Toda la vida debe ser semilla para que dé fruto.»
Conclusión
«Exhorto a los confirmados a no ‘enjaular’ el Espíritu Santo, a no oponer resistencia al Viento que sopla para impulsarlos en libertad, a no sofocar el fuego ardiente de la caridad, que lleva a vivir la vida por Dios y por los hermanos. Que el Espíritu Santo conceda a todos nosotros el coraje apostólico de comunicar el Evangelio con las obras y las palabras a los que se encuentran en nuestro camino.
Pero las palabras buenas, aquellas que edifican, no las palabras de curiosidad. Por favor, cuando salgan de la Iglesia, piensen que la paz recibida es para dar a los otros y no para destruirla con curiosidades.» (JSG)
De la Redacción Gaudium Press, con informaciones Vatican News.
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