Canberra (Viernes, 08-06-2018, Gaudium Press) La Asamblea Legislativa de Canberra, Australia, aprobó una nueva normativa que extiende la obligación de reporte del delito de abuso a las iglesias, lo cual pone en directa amenaza el Secreto de Confesión sacramental de la Iglesia Católica. El Arzobispo de Canberra y Goulburn, Australia, Mons. Christopher Prowse, afirmó que la Iglesia no puede apoyar esta iniciativa a pesar de estar profundamente comprometida en la lucha en contra de los abusos. «Romper el sagrado Sigilo de Confesión no va a prevenir los abusos y no va a ayudar en nuestros esfuerzos continuos para mejorar la seguridad de los niños en las instituciones católicas», afirmó.
El Arzobispo de Canberra y Goulburn, Australia, Mons. Christopher Prowse. Foto: ACBC. |
La decisión fue apoyada por los tres partidos políticos que conforman la Asamblea pero contó con intervenciones de legisladores que advirtieron sobre la inconveniencia y el grave riesgo que representa la violación de la libertad religiosa introducida por esta ley. «Necesitamos detenernos a pensar dos veces antes de aprobar esta legislación que obliga a los sacerdotes católicos a romper el Sello de Confesión» advirtió la política Vicki Dunne. «Es por esto que el P. Frank Brennan afirmó que él rompería la ley antes de romper el Sigilo de Confesión».
En un artículo para el medio de comunicación The Canberra Times, el Arzobispo de Canberra expuso los motivos por los cuales la Iglesia se opone a esta iniciativa legal. Además de la sacralidad del Sacramento de la Penitencia, el prelado aclaró que la eliminación del Secreto de Confesión tampoco traería beneficios legales, ya que, en primer lugar, ningún abusador se acercaría a la confesión si tuviera el convencimiento de que el sacerdote reportaría el crimen. El prelado señaló que este tipo de criminales no confiesan sus crímenes ni a la policía ni a los sacerdotes, «pero si el sigilo es removido, la remota posibilidad de que ellos pudieran confesarse y por tanto ser aconsejados para reportarlo está perdida».
«No hay garantía de que ningún sacerdote pudiera conocer la identidad del penitente. Si hay una pantalla en el confesionario, el sacerdote no vería al penitente. Si el sacerdote viera al penitente, podrían no conocerlo. No hay un requerimiento de comprobar la identidad para la confesión», aclaró el Arzobispo desde una perspectiva práctica. «Los sacerdotes están obligados por un voto sagrado a mantener el Sigilo de la Confesión. Sin ese compromiso, ¿quién estaría dispuesto a descargarse de sus pecados, buscar el sabio consejo un sacerdote y recibir el perdón misericordioso de Dios?».
Se espera que la cláusula que incluye a los a sacerdotes y al Sacramento de la Confesión en la obligación de reportar sería aplicada sólo desde 31 de marzo de 2019, lo cual permite prever acercamientos entre el gobierno y representantes de la Iglesia para determinar alternativas para resolver esta grave situación.
Con información de CathNews.
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