Cartagena (Martes, 12-06-2018, Gaudium Press) El Obispo de Cartagena, España, Mons. José Manuel Lorca Planes, redactó el pasado 06 de junio una carta dirigida a las familias católicas para ser leída en todas las parroquias. En la comunicación, el Obispo encomendó especialmente el cuidado del derecho de los padres a definir la formación religiosa y moral de sus hijos y el deber del Estado de garantizar el ejercicio de ese derecho y permitir a los padres de familia vincularse de manera activa en la vida de los centros educativos.
Mons. José Manuel Lorca Planes, Obispo de Cartagena, España. Foto: Diócesis de Cartagena. |
«Escribo estas letras a propósito del sufrimiento que está ocasionando a muchas familias los intentos por parte de los poderes públicos y de las instituciones educativas de imponer una determinada y particular visión del hombre y de la sexualidad, especialmente a los niños y jóvenes», advirtió el prelado. «Recordad el derecho que os asiste como padres para que vuestros hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con vuestras propias convicciones, tal como afirma el artículo 27.3 de nuestra Constitución. Los poderes públicos han de garantizar este derecho».
El Obispo recordó que la Iglesia enseña que los padres tienen tanto la «obligación gravísima» como el «derecho primario» de encargarse de la educación integral de sus hijos, una tarea que no puede ser reemplazada por el Estado que cumple simplemente un papel subsidiario en esta materia. Mons. Lorca invocó la pluralidad de la sociedad como un principio que debe garantizar el respeto de las experiencias religiosas y morales de las familias, además de la libertad que permite «construir puentes de diálogo y respeto».
«Os animo, por tanto, a ejercer vuestra ‘obligación gravísima’ y defender vuestro derecho inalienable haciendo todo el esfuerzo posible por conocer las leyes educativas; estando informados sobre los planes de estudios de vuestros hijos, así como de las actividades extraescolares y complementarias», exhortó el Obispo, quien lamentó «los excesos cometidos en los últimos meses en cuanto a sesiones formativas de carácter afectivo-sexual» que causaron malestar entre la comunidad local.
El prelado recordó que los centros educativos tienen la obligación de informar a los padres de familia de manera detallada y de garantizar que docentes propios supervisen el desarrollo de las actividades extraescolares. Estas acciones deben ser exigidas por parte de los padres para garantizar la idoneidad de las actividades. Además aconsejó participar en las charlas, jornadas y conferencias para informarse sobre las diferentes teorías y corrientes de pensamiento, además de tomar parte en «las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de los centros educativos, así como en iniciativas sociales, plataformas, asociaciones que, respetando la libertad de todos, promuevan el derecho a la educación de acuerdo con el modelo elegido por los padres».
Mons. Lorca Insistió en que la familia es el primer lugar para educar a los hijos citando las palabras de San Juan Pablo II en la Encíclica Familiaris Consortio: «No puede olvidarse que el elemento más radical que determina el deber educativo de los padres, es el amor paterno y materno que encuentra en la acción educativa su realización, al hacer pleno y perfecto el servicio a la vida. El amor de los padres se transforma de fuente en alma, y por consiguiente, en norma, que inspira y guía toda la acción educativa concreta, enriqueciéndola con los valores de dulzura, constancia, bondad, servicio, desinterés, espíritu de sacrificio, que son el fruto más precioso del amor».
Con información de Diócesis de Cartagena.
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