Ciudad del Vaticano (Jueves, 14-06-2018, Gaudium Press) «Gracias a la diversidad se comprende nuestro universo», dijo el Papa a los participantes de la Escuela de verano del Observatorio astronómico vaticano, que conversaron con él, y que desarrollan la investigación de este año estudiando las estrellas variables a la luz de las nuevas. El Pontífice destacó la diversidad de orígenes, países, disciplinas y culturas de las personas que participan del curso, y señaló «cómo la diversidad se puede unir para un objetivo común de estudio, y cómo el éxito del trabajo también depende de esta diversidad».
El universo es inmenso, y «a medida que crece nuestra comprensión del mismo, también crece la necesidad de aprender a gestionar el flujo de información que nos llega de muchas fuentes», indicó el Pontífice. El hombre puede sentirse abrumado por la cantidad de información, incluso por la cuasi infinitud del universo. Ante él, «nos sentimos pequeños», incluso podemos percibirnos «tentados de pensar que no tenemos sentido». Estos temores no son nuevos, pero es necesario que «tanto como científicos como creyentes, comencemos admitiendo que hay tanto que no sabemos» y que nunca nos sintamos «satisfechos» con permanecer en este desconocimiento cómodo. «Nunca debemos pensar que sabemos todo» dijo el Papa, pero tampoco debemos «temer tratar de aprender más».
De la ciencias físicas a la metafísica y luego a la fe
El científico debe «saber lo que sabemos y lo que no sabemos, y cómo podemos proceder a saber más». Pero también está la la mirada metafísica, que trasciende la propia ciencia, y «que reconoce la Causa antes que nada, escondida de los instrumentos de medida» y por supuesto «la mirada de la fe» que acoge la Revelación. Es justamente la armonía de estos diferentes niveles de conocimiento «que nos lleva a la comprensión»; comprensión que «nos abre a la Sabiduría».
Al final, nos debe mover el amor
Debemos sentir que el universo es un «regalo», «que nos ha sido dado como seres pensantes y racionales en este cosmos». Después de aprender, se debe «compartir lo que han aprendido, por el bien de ello». El científico amando lo que hace, puede sentir en ese amor por el descubrimiento de lo que existe en el universo «el sabor de ese amor divino que, al contemplar la creación, ha declarado que era buena».
Antes de Concluir, el Papa recordó la cita de Dante: «es el amor el que mueve el sol y las estrellas» para pedir a los estudiantes que también su trabajo «pueda ser conmovido por el amor».
Con información de Ecclesia Digital
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