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Los Ángeles (Jueves, 14-06-2018, Gaudium Press) Monseñor José Gómez, Arzobispo de Los Ángeles, Estados Unidos, presidió la ordenación sacerdotal de nueve nuevos presbíteros el pasado 2 de junio en la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles. En su homilía, el prelado recordó a los ordenandos su compromiso de imitar la santidad de Jesucristo y el extraordinario valor del Sacramento del Orden.
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| Mons. José Gómez y otros prelados junto a los nuevos sacerdotes de la Arquidiócesis de Los Ángeles. Foto: Vocations Office of Archdiocese of Los Angeles |
«Ustedes nacieron para este momento, en el que ustedes se entregan a Jesús, cuando ustedes dedican toda su vida, corazón y mente, alma y cuerpo, a su misión de salvación», predicó el Arzobispo. Jesús «los está enviando al mundo a seguirlo, a servirlo, a ser Santos como Él es santo y a llamar a otros a ser Santos también».
El Arzobispo insistió a los presentes que todos los cristianos tienen una vocación particular que tiene un gran significado ante los ojos de Dios y los invitó a cumplir con la parte que corresponde a cada quien dentro del plan de salvación del mundo. Además del llamado particular de cada fiel, «Dios nos da sacerdotes Santos para ayudarnos en nuestro camino en nuestra misión en el mundo», afirmó Mons. Gómez, quien aclaró que «esta no es simplemente otra profesión, como ustedes lo saben; ustedes continúan un ministerio antiguo y divino que Isaías profetizó: traer la buena noticia y la sanación, conducir a las personas en el camino de la libertad y la felicidad. En nuestro tiempo y lugar, nuestros sacerdotes deben ser especialmente hombres de esperanza».
Mons. Gómez recordó que el llamado al sacerdocio proviene de Dios y sólo es posible seguirlo con la ayuda de Dios, por lo cual los nuevos sacerdotes deben confiarse a Jesús de manera total y permitido que el los pastores. «Crezcan en amistad con Él, ámenlo y aprendan de Él», aconsejó el prelado. «Ustedes están llamados a ser Santos, pero no son perfectos (…). Ustedes son tan humanos como las personas a quienes sirven y siempre lo serán. Nunca olviden eso. Los mantendrá humildes, y la humildad es la clave para ser un discípulo y la clave para ser un buen sacerdote».
Finalmente el Arzobispo recordó a los sacerdotes la importancia de mantenerse cerca de Jesucristo en la Eucaristía, convirtiendo este Sacramento en el corazón de su vida y de su sacerdocio, no sólo a través de la celebración de la misa sino en la adoración del Santísimo Sacramento. También confió a los sacerdotes a la oración de los fieles que también debe dirigirse a Dios para pedir nuevas vocaciones sacerdotales.
Con información de Angelus News.
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