Adelaide (Lunes, 18-06-2018, Gaudium Press) El Administrador Apostólico de Adelaide, Australia, Mons. Gregory O’Kelly, declaró en una entrevista radial que la ley de la Iglesia no puede cambiar a pesar de que hayan cambiado las leyes civiles del país. Sus declaraciones se realizan después de que una norma haya puesto en riesgo el Secreto de Confesión e el Sur de Australia al incluir el contenido de las confesiones católicas entre las informaciones de denuncia obligatoria en casos de delitos de abuso.
El Sacramento de la Confesión se encuentra bajo una grave amenaza de intervención estatal en Australia. |
«Tenemos una comprensión del Sigilo de Confesión que se encuentra en el área de lo sagrado», explicó el Obispo, según reportó Crux. «Los políticos pueden cambiar las leyes, pero no podemos cambiar la naturaleza de la Confesión, la cual es un encuentro sagrado entre un penitente – alguien que busca el perdón – y un sacerdote que representa a Cristo». El prelado recordó que cualquier sacerdote que violentara el Secreto de Confesión incurriría inmediatamente en pena de excomunión.
La Iglesia maneja, por tanto, de una manera diferente la búsqueda de la denuncia penal en los casos en los cuales un penitente reconoce haber participado en un delito. «Mi obligación sería tratar de exhortar a esa persona a ir a algún lugar donde pueda obtener ayuda o hacer lo que sea que pueda para cambiar este temible comportamiento», indicó Mons. O’Kelly al ser cuestionado sobre lo que haría si una persona confesara un delito de esta naturaleza. «Usted le puede exhortar, ponerse de rodillas y suplicarle que lo haga, pero no puede romper el sigilo de una Confesión».
El prelado afirmó que sería un absurdo romper el Secreto de la Confesión para intentar apresar a los criminales. «¿Podría usted imaginar la situación de un pedófilo que se acerque a la Confesión sabiendo que el sacerdote va a llamar a la policía inmediatamente?», cuestionó. En el caso de las víctimas, el Obispo afirmó que los sacerdotes recomiendan a las víctimas reportarlo fuera de la Confesión.
Un sacerdote de la Arquidiócesis de Sídney señaló por su parte que los presbíteros están dispuestos a llegar a las últimas consecuencias para proteger la sacralidad de la Confesión. «El estado estará requiriendo a los sacerdotes católicos cometer lo que entendemos como el más serio crimen, y yo no estoy dispuesto a hacer eso», afirmó el P. Michael Whelan, de la parroquia de San Patricio, a Catholc Herald. «Cuando el estado intente intervenir en nuestra libertad religiosa, socavando la esencia de lo que significa ser un católico, nosotros nos resistiremos».
Con información de Crux y Catholic Herald.
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