Río de Janeiro (Martes, 10-07-2018, Gaudium Press) En ceremonia realizada en el auditorio del Edificio Juan Pablo II, en el barrio de la Gloria, el Cardenal Orani João Tempesta invistió 49 nuevos ministros de la Consolación y Esperanza.
Tanto los nuevos ministros cuanto los ya investidos, que renovaron los compromisos, fueron recibidos por el asistente eclesiástico del Ministerio de la Consolación y Esperanza, Padre Pedro Paulo Alves dos Santos.
Ya al inicio de la misa, el Cardenal Tempesta resaltó la relevancia, especialmente en ese Año del Laicado, de la presencia de los laicos y laicas que asumen el ministerio «dentro» y «fuera» en la vida y la misión de la Iglesia.
«Sabemos que hay muchas misiones que son ‘ad intra’, esto es, en el interno de la Iglesia; sin embargo sabemos, también, que la gran misión del laico y la laica es en el mundo, la sociedad, la fábrica, la oficina, el mundo de hoy, donde son llamados a testimoniar, como sal de la tierra y luz del mundo, el anuncio de Cristo», afirmó.
En seguida, el purpurado declaró: «ustedes están en ese medio, entre el interno y el mundo: de un lado ustedes hacen un trabajo que es de la Iglesia, como ministros de la Consolación y la Esperanza, por el cual asumen una función litúrgica, junto a las personas, en el momento en que necesitan de ese consuelo y de tener esperanza, especialmente en los cementerios de nuestra ciudad».
«Por otro lado, ustedes están también en el mundo, pues allí, en aquella situación de los velorios, existe todo tipo de personas, con fe, sin fe, no apenas las que participan de las celebraciones, sino también hay aquellos que los abordan, cansados, desesperados, desanimados, abatidos y allí están llorando la pérdida de su ser querido, a veces sin fe y sin saber lo que está sucediendo», completó.
En opinión de Mons. Orani, al renovar todos los dones y todas las gracias, los investidos son enviados para, en nombre de la Iglesia y como Iglesia, anunciar a Cristo Resucitado, que concede sentido a nuestra vida y retira de la muerte nuestros pecados.
«Es el anuncio de la resurrección de Jesús. Munidos de todos esos dones, los ministros de la Consolación y Esperanza deben ser los primeros en experimentar, en su propia existencia, la certeza, la confianza y esperanza en la vida eterna y la salvación, en medio a tantas tragedias, en nuestra ciudad y nuestros cementerios, cuando entonces solamente la Palabra del Señor es la única que puede infundir luz a los que están agobiados y cansados de tanta violencia».
El Arzobispo de Río de Janeiro también habló de la necesidad de más ministros en la Pastoral de la Consolación y Esperanza.
«Precisamos de muchos ministros más. Faltan personas que permanezcan para la atención, estar junto a los dolientes, acogerlos, conducir las celebraciones, y eso supone disponibilidad», dijo.
El Ministerio de la Consolación y la Esperanza es la acción de la Iglesia Católica en los cementerios, en las salas de velorios y capillas mortuorias. Tiene la intención de llevar, a través del Evangelio, un mensaje de fe y esperanza y consolar a todos aquellos que sufren por la pérdida de sus seres queridos. (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Río de Janeiro
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