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Managua – Nicaragua (Miércoles, 11-07-2018, Gaudium Press) Después de la agresión física sufrida por tres obispos en la Basílica de San Sebastián, en la ciudad de Diriamba, que causó consternación en el país, la Conferencia Episcopal de Nicaragua, mediadora del diálogo nacional, manifestó su total rechazo a esos hechos:
«La Iglesia en Nicaragua repudia y lamenta profundamente la agresión física y verbal que fueron objeto en este día en la Basílica el cardenal Leopoldo José Brenes, arzobispo de Managua, Mons. Silvio José Báez, obispo auxiliar, y el nuncio apostólico Mons. Waldemar Somertag, representante del Santo Padre en Nicaragua», dice comunicado del episcopado, publicado el mismo lunes, día del atentado.
De hecho, el lunes (09/07) un grupo de paramilitares invadió la Basílica, agrediendo los obispos y periodistas presentes.
La agresión ocurrió cuando los obispos estaban en Diriamba, 42 km al sur de Managua, para liberar un grupo de enfermos y misioneros franciscanos sitiados por paramilitares en el templo.
La nota de la Conferencia de los Obispos explica que «la delegación cumplía la misión de Jesucristo, estar al lado del pueblo sufridor, una visita pastoral a los sacerdotes y fieles de la región de Carazo, víctimas de policías, paramilitares y turbas que provocaron la muerte y el dolor».
«No es así que se construye la paz», advierte Cardenal nicaragüense
La tensión ya era alta cuando la delegación de la Iglesia Católica, acompañada por la Asociación Nicaragüense por los Derechos Humanos, entró en la plaza central de Diriamba donde está la basílica, que ya estaba cercada por cerca de 200 encapuzados paramilitares y decenas de policías fuertemente armados, algunos de ellos también con los rostros cubiertos.
Con la llegada de la delegación, los policías uniformados se retiraron, abriendo espacio a civiles simpatizantes de Daniel Ortega y fuerzas paramilitares.
Más tarde, ocurrió la invasión de la Basílica.
El Cardenal Leopoldo Brenes, ya de vuelta a Managua, después de una oración en la Catedral Metropolitana, dijo: «Sentimos esa acción, dura, fuerte y brutal contra nuestros sacerdotes. Nunca habíamos visto algo así en Nicaragua y realmente es muy triste».
«Fuimos a las parroquias no para cometer violencia, sino para consolar nuestros sacerdotes, para acompañarlos en el sufrimiento, entretanto, recibimos esta agresión y todos sufrimos por Cristo», comentó el Purpurado.
Denuncia del Episcopado
El Episcopado Nicaragüense también denunció que un templo católico en la ciudad de Jinotepe fue profanado por un grupo de paramilitares:
«En la tarde de hoy, (09-07) fuerzas paramilitares profanaron el templo y agredieron a los sacerdotes Jalder Hernández y Eliseo Hernández, en la parroquia Santiago en Jinope».
La agresión a los obispos y sacerdotes es un capítulo más de la crisis socio-política por la cual pasa el país centro-americano, la más grave desde la década de 1980.
350 personas ya murieron desde el 18 de abril pasado, cuando iniciaron las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega. (JSG)
(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de Vatican News)
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