York (Sábado, 21-07-2018, Gaudium Press) Uno de los pasajes del Antiguo Testamento que ha sido blanco de acusaciones de no corresponder a la realidad histórica es el de uno de los hechos más recordados del Profeta Jonás: el haber sido devorado por un pez gigante que en realidad le salva de ahogarse tras ser arrojado al mar por la tripulación del barco en el que viajaba. La ausencia de evidencias de ballenas o peces de un tamaño suficiente en el Mediterráneo en la antigüedad es la objeción más frecuente a la historicidad del relato, pero podría haber sido desmentida por un hallazgo reciente.
La presencia de ballenas en la antigüedad respalda el relato bíblico de la historia de Jonás. |
Según investigadores del Departamento de Arqueología de la Universidad de York, Inglaterra, huesos de ballena fueron hallados en las ruinas de cinco fábricas romanas de procesado de pescado ubicadas en el Estrecho de Gibraltar, el centro de esta industria en la Antigua Roma. Los huesos de ballena suelen ser notablemente escasos en los hallazgos arqueológicos, ya que por su tamaño el procesamiento del mamífero se hacía en el mar.
Sin embargo, los huesos hallados se encontraban intactos y aptos para los estudios de identificación genética. «Usando análisis de ADN antiguos y huellas dactilares de colágeno, los investigadores identificaron los huesos como pertenecientes a la ballena franca del Atlántico Norte (Eubalaena glacialis) y la ballena gris del Atlántico (Eschrichtius robustus)», informó Aleteia. «Hasta que sus hallazgos demostraron que estas especies eran comunes en la región, se asumió que el Mar Mediterráneo estaba fuera del rango histórico de las ballenas franca y gris».
Los investigadores sugieren que los cetáceos podrían haber empleado el Mediterráneo como una cuenca protegida para la procreación, pero haber sido erradicadas por la pesca intensiva del Imperio Romano. Las nuevas medidas de protección de estas especies han permitido una mayor frecuencia de avistamientos de ballenas en el Mediterráneo. En 2010 se registró el primer avistamiento de una ballena azul frente a la costa de Eilat en el sur Israel, hecho que desconcertó los expertos en su momento.
Con información de Aleteia.
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