Ciudad del Vaticano (Lunes, 23-07-2018, Gaudium Press) En la meditación previa al rezo del Ángelus ayer, en la Plaza de San Pedro, el Sumo Pontífice comentó el texto del Evangelio del día de San Mateo, que narra que el Señor acoge a los apóstoles tras su primera misión. Ellos cuentan a Jesús «todo lo que habían hecho y enseñado», todas sus experiencias emocionantes y agotadoras, y manifiestan su necesidad de reposo. El Señor lleno de comprensión les dice: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco».
Entretanto, la multitud divisa al Pastor yendo a su lugar de descanso y se les adelanta: «Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma». El Señor no abandona a las gentes que clamaban por un guía.
Hoy puede ocurrir algo parecido, y con esos hechos, Jesús enseña la flexibilidad y disponibilidad que se debe tener en relación a las necesidades de los hermanos, particularmente las espirituales.
El Papa concluyó su alocución pidiéndole a María Santísima que nos ayude a hacernos cargo de los problemas, de los sufrimientos y de las dificultades de nuestro prójimo, por medio de una actitud de compartir y de servicio.
Con información de Vatican News
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