Managua – Nicaragua (Miércoles, 26-07-2018, Gaudium Press) El Padre Augusto Gutiérrez, sacerdote de Nicaragua, está escondido después de recibir varias amenazas de parte de personas ligadas al gobierno o a las milicias que apoyan a Daniel Ortega.
A través de organizaciones religiosas internacionales, él lanza un apelo a todo el mundo pidiendo una intervención de organismos internacionales en su país.
El Padre Gutiérrez busca alertar sobre la violencia y la represión contra la población en Nicaragua que afecta también a la Iglesia Católica:
«Ellos nos amenazaron de muerte porque dicen que somos los líderes de esta situación», afirma el Padre.
Para el párroco en el barrio de Monimbó, al sur de Masaya, estamos asistiendo a «un genocidio». «No tiene otro nombre», afirma el presbítero, que ejerce su ministerio en uno de los epicentros de las manifestaciones contra el sandinismo que rige en el país.
Según afirma el sacerdote nicaragüense, una ley antiterrorista, aprobada recientemente, permite que cualquier persona pueda ser acusada por las autoridades de instigar la violencia.
«Se calcula que ya habrán muerto entre 277 a 351 personas», debido a la respuesta «extremamente dura» de las autoridades a las manifestaciones.
El último sábado, «centenas de personas se manifestaron» en las calles de la capital Managua, contra el Gobierno. La represión fue inusitada.
El día 14 de julio, la Arquidiócesis de Managua denunció que el Centro Social Jesús de la Divina Misericordia fue atacado de forma «brutal y arrogante» por policías y paramilitares.
En su página, en la red social Facebook, explicaba que, más allá del ataque a la institución donde trataban heridos, denunciaron que fueron «muertas dos personas» y destruidos lugares ligados a la parroquia católica.
Daniel Ortega ya afirmó que está en curso una tentativa de «golpe de Estado». A su vez, Ortega y su mujer, la vicepresidente Rosario Murillo, son acusados de abuso de poder y de corrupción.
La «familia» Ortega domina Nicaragua desde 2007, después de ya haber estado al frente de dos gobiernos entre 1979 y 1990. El «sistema» político en Nicaragua no prevé límite de mandatos. (JSG)
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