"Divina Castidad Handbags"

Redacción (Miércoles, 01-08-2018, Gaudium Press) «Divina Castidad Handbags». El nombre de la tienda de bolsos para dama era, por decir lo menos, ‘provocativo’. Nada políticamente correcto, pero sí tragable -tal vez por lo misterioso- aún para este mundo donde reinan la lujuria y la abyección. Aún para este mundo el nombre seguía siendo atrayente.

Aumentaba para nosotros el interés, lo contrastado que era con el nombre del almacén vecino, que rendía en su título el común culto a la anti-castidad: «Lujuria» no sé qué más. Ambas tiendas se encontraban en las vecindades de un agradable café donde tomábamos un aromático y refrescante cappuccino, y pudimos meditar…

Regresaron a nuestra memoria algunas imágenes de uno de esos tantos desfiles de «moda», donde lo ridículo se mezcla con lo extravagante, todo ‘bendecido’ por el aplauso hipócrita y snob de los concurrentes. Y nos preguntamos si «Divina Castidad Handbags» no sería sino un mero nombre, y en realidad la tienda estaría inmersa en el grotesco elenco de la ‘moda’ de hoy.

Foto: divinacastidadhandbags.com

Pues ocurrió que, concluido el cappuccino, y aún con el ameno sabor del suave y tierno gusto del café colombiano, dimos una pasadilla por ‘Divina Castidad’.

Sí. En los avisos propagandísticos, las modelos que portaban los ‘handbags’ eran más bien recatadas; nada del tan común estilo ‘rana sonriendo artificialmente mientras se tuesta en artificial playa’. Eran bonitas sí, elegantemente vestidas; no ‘mostronas’. Entonces, no era solo el nombre, sino que en líneas generales observamos que todo el estilo era con-dicente con esa divina palabra llamada Castidad.

La marca de esos bolsos es ya famosa, y extiende sus locales de venta por varios países de Latinoamérica. El estilo de los handbags es muy ‘tropical’, muy juvenil, todo en cuero; parece que el tener sedes en el Caribe ha influido bastante en el gusto vibrante y alegre de los diseñadores, que exhiben en sus pieles clásicas formas y derroche de muchos colores, generalmente más fuertes que el pastel. Parece que los bolsos están siendo una ‘sensación’ entre muchas chicas, según relató la vendedora.

Lo cierto es que sí parece posible, incluso en este sórdido mundo, tener un estilo exitoso que no recurra al estilo ‘rana tostándose…’ para venderse bien. No hay allí la fealdad que simula belleza y que se junta a la impureza.

Por lo demás, no seamos redundantes: a medida que va aumentando la impureza crece con ella su intrínseca fealdad, pues la fealdad es intrínseca a la obscenidad. Pero la fealdad y la obscenidad pueden y deben ser exorcizadas por la beldad.

Por Carlos Castro