Bagdad (Jueves, 02-08-2018, Gaudium Press) Irak está destrozada. Lo está desde que la tropas americanas partieron dejando al país sin Hussein pero también sin Estado. Los sucesivos gobierno «los gobiernos que se han sucedido «no han podido llevar adelante adecuadamente la reconstrucción del país», ha afirmado el Patriarca caldeo Cardenal Raphael Sako, en carta dirigida a los líderes políticos iraquíes, que también fue entregada al cuerpo diplomático.
Una crisis que ha llevado al país al colapso, pero que puede tener consecuencias aún peores, tras las elecciones del pasado 12 de mayo. La crisis económica es de tal magnitud que ya se manifiesta en racionamiento de agua y electricidad; el desempleo es bastante alto, la corrupción también, a lo que se suman los actos de terrorismo, y la violencia. La gente protesta en las calles, y se multiplican los asaltos a las sedes del partido en el poder.
10 puntos propone el patriarca Sako en su carta. Habla el Cardenal -pues fue creado Cardenal por el Papa el 28 de junio pasado- de una reforma a las leyes, particularmente en lo que se refiere al «principio de ciudadanía», que fortaleza la lealtad a las instituciones estatales por encima de cualquier tipo de afiliación religiosa o sectaria. Sugiere el purpurado reducir el número de parlamentarios, y obligarlos a un tipo de instrucción.
El Cardenal advierte que si no hay un gobierno fuerte, de unidad, grupos armados organiados de base sectaria étnico-religiosa puedan reorganizarse. Grupos que ejercen su imperio en amplias zonas del territorio. Incentiva el Cardenal Sako que se limite el uso de armas «al ejército nacional y a la policía federal», fortaleciendo «el papel de las instituciones militares» y garantizando su autonomía absoluta con respecto a las fuerzas políticas y los grupos sectarios.
Con información de Fides
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