Roma (Jueves, 02-08-2018, Gaudium Press) Bajo sus pies, el río Tíber -en italiano, Tevere- y sobre sus cabezas, el cielo del atardecer: este era el marco que acompañó la procesión de la «Madonna Fiumarola», una peculiar imagen de la Virgen María, que todos los años navega por el conocido río romano en el contexto de los homenajes de Nuestra Señora del Carmen, protectora del barrio Trastevere.
Se trata de la ya tradicional «Festa di noantri», que traduce «Fiesta del resto de nosotros», que se vive cada año, durante julio en el conocido barrio romano. El epicentro de la conmemoración es justamente la salida procesional de la Virgen por el río Tíber, que tuvo lugar el pasado 29 de julio.
La «Madonna Fiumarola», navega durante el atardecer por el río Tíber. / Foto: RomaSette.it. |
Antes de navegar, Nuestra Señora fue incensada y bendecida por Mons. Gianrico Ruzza, Obispo Auxiliar de la Diócesis de Roma para el sector Centro, y posteriormente colocada en un bote de la Policía de Estado, que escoltó a los remeros de la Cofradía de la Virgen del Carmelo, a cargo de portar a la Madre de Dios a los largo del río.
La procesión comenzó alrededor de las 19:00 horas, cuando la Virgen paseó por las aguas del Tíber desde el ‘Circolo Canottieri Lazio’ hasta el ‘Ponte Garibaldi’, esto recordando su descubrimiento hace más de 400 años atrás. Durante todo el recorrido se oró y se meditó con los misterios del Santo Rosario Carmelitano, invocando la intercesión de la Madre de Dios.
Posteriormente, ya en tierra, tuvo lugar una procesión, que comenzó en la ‘Piazza G. G. Belli’ hasta la Basílica de Santa María en Trastevere, donde la imagen permaneció hasta el lunes 30 de julio, cuando Mons. Marco Gnavi, párroco de la Basílica, presidió una solemne Misa.
Cientos de devotos acompañan a la Virgen en su regreso a la Iglesia de Santa Ágata / Foto: festadenoantri.it. |
Terminados los homenajes, se llevó a cabo el recorrido procesional de regreso, que se desarrolló por las calles del barrio Trastevere hasta la iglesia de Santa Ágata, donde es custodiada durante el año la venerada imagen de la «Madonna Fiumarola».
Las celebraciones culminaron con una Misa de Acción de Gracias, y una tradición muy popular: la distribución de rosas benditas.
La «Festa di noantri», está ligada a una leyenda que dice que hacia el 1535 un grupo de pescadores, tras una violenta tempestad, recuperaron cerca de la desembocadura del río Tíber una caja que contenía una estatua de madera que representaba a Nuestra Señora del Carmen.
Cuentan que los pescadores subieron el río y entregaron la imagen de la Virgen a los frailes carmelitas de la Iglesia de San Crisogono, hoy una de las Basílicas más antiguas de Roma. Desde entonces se le rinde allí, y en todo el barrio romano, un especial tribuno a la Madre de Dios en su advocación del Carmelo.
De la redacción de Gaudium Press, con información de romasette.it, Vatican News y festadenoantri.it.
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