Orlando (Viernes, 03-08-2018, Gaudium Press) Tal vez alguno de nuestros lectores se ha llegado a preguntar a qué jurisdicción eclesiástica correspondería la Luna. Probablemente muchos de nuestros lectores no se lo han preguntado todavía ,como es el caso del redactor del presente escrito. Sin embargo, al tratarse de una institución milenaria, la Iglesia Católica muchas veces tiene más respuestas que el número de preguntas que estamos dispuestos a formular. Una anécdota del Obispo estadounidense William Donald Borders nos puede dar una respuesta a esta en particular.
Mons. William Donald Borders fue nombrado primer Obispo de Orlando, Estados Unidos, en el año 1968 por el Beato Papa Pablo VI. En una ocasión, este prelado tuvo un encuentro con el Pontífice durante su visita Ad Limina y bromeó frente al él: «Usted sabe, Santo Padre, que yo soy el Obispo de la Luna». Ante la perplejidad del Pontífice, Mons. Borders explicó cómo bajo el Código de Derecho Canónico vigente en su momento la luna sería considerado un territorio descubierto que habría quedado bajo su autoridad con la llegada del hombre al satélite en el año de 1969.
Las leyes eclesiásticas estipulaban que la jurisdicción del territorio que se descubriera en una expedición sería del Obispado de donde partió dicha expedición. Cabo Cañaveral, el lugar de donde despegó la misión Apolo 11, se encuentra bajo la jurisdicción de la Diócesis de Orlando, así que Mons. Borders efectivamente podría haber sido considerado el primer Obispo de la Luna.
Este dato no va más allá de la anécdota, ya que la Luna no tiene ningún habitante humano, por lo que no existe presencia de la Iglesia en ese lugar. El que el Obispo se haya presentado esta manera frente al Pontífice simplemente ratifica su buen humor y la preparación institucional de la Iglesia para responder a las cuestiones prácticas más insospechadas del apostolado. En la actualidad, la jurisdicción de los territorios donde no se ha constituido una jerarquía eclesiástica recae sobre la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Si la anécdota hubiera tenido una aplicación en la realidad, la Diócesis de Orlando, Estados Unidos, hubiera sido la diócesis territorial más grande, con más de 14 millones y medio de millas cuadradas, y la primera en tener jurisdicción fuera del planeta.
Con información de Aleteia.
Deje su Comentario