Wilmington (Miércoles, 08-08-2018, Gaudium Press) El P. William Graney, párroco de la Parroquia de la Resurrección en la Diócesis de Wilmington, Estados Unidos, fue dado de alta en el hospital en el cual se recuperaba de las lesiones causadas cuando fue atacado el pasado 30 de julio en la parroquia por un indigente. El caso del sacerdote impactó fuertemente la comunidad local y el Obispo de Wilmington, Mons. Francis Malooly, lamentó el hecho que afectó a «uno de nuestros pastores más queridos».
P. William Graney, párroco de la Parroquia de la Resurrección en Wilmington, Estados Unidos. Foto: Diócesis de Wilmington. |
«Es especialmente desalentador saber que, de acuerdo con el personal de la parroquia, el presunto atacante es un hombre sin hogar problemático que el padre había estado tratando de ayudar durante bastante tiempo», comentó Mons. Malooly el pasado 01 de agosto. «Es por la gracia de Dios y las acciones inteligentes y decisivas de los dos miembros del personal de la parroquia presentes en ese momento, que el resultado no fue mucho peor. Estamos agradecidos a Dios porque este giro violento de los acontecimientos no le costó la vida al padre».
El sacerdote salió del hospital el lunes 06 de agosto y es atendido por su familia, de acuerdo a la información más reciente divulgada por el Director de Comunicaciones diocesano, Bob Krebs. Sin embargo, se aclaró que el P. Graney requerirá tratamiento médico adicional para recuperarse por completo.
El P. Graney se encontraba en su oficina en la parroquia cuando fue golpeado repetidamente por el indigente, quien además de golpearlo con sus manos y pies, empleó como arma la botella de vino que portaba. Los empleados de la parroquia fueron golpeados también por el hombre, pero consiguieron sacarlo del edificio con el pretexto de darle dinero. Al percatarse de que había sido dejado fuera, el hombre golpeó las puertas de las oficinas e incluso rompió las puertas principales del templo sin que consiguiera entrar a continuar su ataque.
El hombre de 25 años de edad fue arrestado por la Policía y según reportes de prensa habría reconocido su intención de asesinar al sacerdote. Mons. Malooly expresó su satisfacción por la progresiva recuperación del sacerdote y reafirmó su cercanía en la oración y el apoyo a l comunidad parroquial afectada, a la cual motivó a orar por el P. Graney. «Desde el comienzo de su pontificado, el Papa Francisco nos ha llamado a imitar a Jesús y ‘salir a las periferias’ para ayudar a los necesitados, a los que sufren.Esto es lo que el Padre Graney ha hecho a lo largo de su ministerio sacerdotal, esforzarse por vivir el Evangelio», concluyó el Obispo. «Desafortunadamente, como lo atestigua este acto violento, vivir el llamado de Cristo a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos a veces puede ser un asunto peligroso».
Con información de Diócesis de Wilmington y The Dialog.
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