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Ciudad del Vaticano (Martes, 14-08-2018, Gaudium Press) La presencia del Santísimo Sacramento en procesiones en el Reino Unido había sido prohibida en 1908, cuando las autoridades políticas alegaban posibilidades de supuestos tumultos entre católicos y protestantes.
Historia
La Historia registra que en Inglaterra, en 1908, el gobierno del primer-ministro liberal Herbert Asquith, temiendo desórdenes religiosas, prohibió que el Santísimo Sacramento fuese llevado en procesiones por las calles.
La razón alegada, que más era un pretexto, fue que asociaciones protestantes extremistas habían invocado la legislación anticatólica que prohíbe que sean practicados públicamente esos actos de piedad de la Iglesia Católica.
La Historia además narra que por haber asistido a una misa en una Iglesia Católica el rey Eduardo VII acabó generando una grave crisis política que tuvo como consecuencia la renuncia de su Ministro del Interior Herbert Gladstone.
Y esta crisis acabó por generar una situación que desde 1908 hizo que los católicos de Inglaterra y del País de Gales no pudiesen conducir el Santísimo Sacramento en procesión, en lugares públicos.
Y el pretexto era siempre el mismo: temor de que actos públicos de la Iglesia se transformasen en pretexto para provocar incidentes.
Tiempos diferentes…
Pero, el obispo auxiliar de Birmingham, Mons. Robert Byrne, afirma que «hoy vivimos en tiempos muy diferentes» y, por eso mismo, el Congreso Eucarístico que será realizado en Liverpool del 7 al 9 de septiembre próximo será ocasión para que 5 mil personas participen de la procesión que concluirá el Congreso, en Liverpool.
Iglesia en la Sociedad Inglesa de hoy
«Yo sugerí al Cardenal Vincent Nichols, el primado católico, que se organizase un Congreso nacional, (…) como una oportunidad para que los católicos se reúnan a celebrar su fe y para mostrar al resto del país todas las cosas positivas que estamos haciendo para el bien común de la sociedad. En los hospitales, en los proyectos a favor de los más pobres y en las escuelas de servicios, en las periferias», contó el obispo auxiliar de Birmingham.
Programación del Congreso
El Congreso tendrá inicio el día 7 de septiembre con un simposio de reflexión del cual tomarán parte cerca de dos mil personas, entre profesores, catequistas, laicos y padres.
Para el sábado 8, son esperadas hasta diez mil personas para la Misa en la «Echo Arena», en Liverpool, y para oír conferencistas como la del obispo estadounidense Mons. Robert Barron, bastante conocido en el mundo de lengua inglesa.
Una de las sesiones que ha despertado gran interés es aquella dedicada al documento titulado «Un pan, un cuerpo», publicada por los obispos en 1998.
«Buscamos ofrecer un programa lo más amplio posible que responda a las diversas exigencias de los fieles en el campo de la liturgia, la música y la catequesis. Tenemos un comité de cinco obispos» que se reúne regularmente para organizar el Congreso eucarístico, observa.
El Congreso concluirá el domingo 9 de septiembre, con una demostración pública de fe eucarística, cuando una procesión recorra calles de la ciudad con el Santísimo Sacramento expuesto:
«Este es el momento clave del Congreso, cuando caminaremos en las calles de Liverpool por dos kilómetros, juntamente con cinco mil personas», subraya Mons. Byrne.
Evangelizar una sociedad sin Dios
«Vivimos en una sociedad muy secularizada, sobre todo en Gran Bretaña donde ya se olvidó de Dios. Por detrás del programa liberal y tolerante se esconde una orden del día profundamente antirreligiosa. Se pretende prohibir la fe de los espacios públicos reduciéndola a una actividad privada. La religión organizada desafía el modo de pensar de nuestra época.»
«Pienso que lo más importante es alentar a los participantes en su fe eucarística y el ‘Adoremus’ [ndr. nombre dado al Congreso Eucarístico] es un excelente instrumento para alcanzar este objetivo. La Eucaristía es la fuente y el ápice de nuestra vida y la manera por la cual Cristo está presente entre nosotros. Nuestra fe cristiana es construida sobre el relacionamiento con Jesús y, a través de la Eucaristía, profundizamos ese relacionamiento», concluyó el prelado recordando estas necesidades que son de las más importantes de la Iglesia Católica de Inglaterra y Gales. (JSG)
(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de la agencia SIR)
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