Estelí (Viernes, 17-08-2018, Gaudium Press) Maryland, EE.UU. Podría pensarse que el nombre de este estado americano se debió a un homenaje a la Virgen, pero no fue así. A Enriqueta María de Francia, Reina consorte de Inglaterra y esposa del decapitado Carlos I -quien por lo demás permaneció católica-, fue a quien quisieron homenajear colocando uno de sus nombres a un estado de la futura unión americana.
Lo que sí es cierto es que hay una parroquia católica en Maryland, que a ejemplo de la caridad de la Virgen ha adoptado dos parroquias en la sufrida Nicaragua y las están apoyando efectivamente en la construcción de casas para pobres, desde hace más de 10 años. Se trata de la parroquia San Juan Vianney de la ciudad de Prince Frederic, madrina de dos parroquias en Nicaragua, una en San Juan de Limay y más recientemente de otra en Estelí.
Más de 450 casas construidas
Con un equipo liderado por Don Mueller, y bajo la orientación del párroco, el P. Dan Carson, los feligreses que asisten a la parroquia San Juan Vianney recolectan fondos para construir casas que alberguen a los más pobres de entre los pobres de las parroquias adoptadas.
Misión de parroquianos de San Juan Vianney a Nicaragua Foto: Pquia. San Juan Vianney |
Son casas sencillas, de ladrillo y cemento, de 20 por 20 pies, sin luz eléctrica o servicio de agua. Pero son mansiones para los beneficiarios, muchos de ellos habiendo vivido en refugios de palos y plásticos. Cada casa cuesta U$2.600 y ya se han construido hasta el momento 450.
La hermandad que se ha establecido entre la parroquia madrina y las ‘ahijadas’ no es solo económica sino personal. Cada año, una comitiva de 8 a 12 parroquianos viaja desde Maryland hasta Nicaragua, para conocer no solo la destinación de los fondos recolectados, sino también el testimonio de vida de los beneficiados.
El Padre Carson resalta la alegría de vivir de los pobres y la dedicación a la Iglesia de la feligresía de las parroquias adoptadas: «Las personas que no tienen nada realmente atesoran su fe, su familia y sus amigos», dice el presbítero. «Ellos tienen una alegría que nosotros no tenemos en nuestro país porque tenemos muchas cosas. Ellos simplemente aprecian las pequeñas cosas». El Padre destacó el testimonio de vida de un hombre que camina tres horas y media con su guitarra para ir a la iglesia a cantar en la misa del domingo.
Los viajes de los feligreses de San Juan Vianney en Maryland se encuentran suspendidos por el conflicto que se vive en Nicaragua. Pero los corazones están aún más atentos a la situación de sus hermanos, y particularmente a la de Mons. Juan Abelardo Mata, obispo de Estelí, con quien siempre se encontraban en sus viajes. (SCM)
Con información de Crux
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