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San Francisco (Miércoles, 22-08-2018, Gaudium Press) El próximo 25 de agosto s celebrará por primera vez en décadas una Eucaristía en la Forma Extraordinaria en la penitenciaría de San Quintín en San Francisco, Estados Unidos. La iniciativa promovida por el Arzobispo local, Mons. Salvatore Cordileone, tiene un componente adicional que llama notablemente la atención: un grupo de presos apoyará la celebración interpretando los cantos litúrgicos en latín, bajo el estilo de canto gregoriano.
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| Los presos de San Quintín entonarán los cantos litúrgicos de una Eucaristía, llenando de belleza el entorno hostil de la penitenciaría. Foto: Frank Schulenburg |
Para motivar a los reclusos, el pasado 06 de agosto se realizó un concierto en el penal para celebrar la Fiesta de la Transfiguración. Al escuchar el repertorio en canto gregoriano y polifónico, 25 presos se ofrecieron para conformar una schola que pudiera apoyar en la Liturgia. Mons. Cordileone estuvo presente en el concierto, así como el P. Cassian, religioso contemplativo que presidirá la Eucaristía en latín. La directora ejecutiva del Instituto Benedicto XVI, celebró el entusiasmo de los voluntarios y afirmó que se trata de «un don de Dios totalmente inesperado», según reportó Aleteia.
En una declaración oficial, el Arzobispo reportó la edificante experiencia del concierto. «Vi a estos hombres, que humanamente hablando están en una situación difícil que podría parecer desesperada, ser elevados a Dios por la belleza sagrada y recibir nueva esperanza», comentó. «Ellos aman cantar, y rinden culto bien. De esta forma, la respuesta de los hombre a la invitación de formar una schola para la Misa en latín fue sobrecogedora pero no es sorprendente».
El Capellán de la prisión, P. George Williams, afirmó que la respuesta de los presos a la propuesta de integrar un coro es la prueba de que «los hombres en San Quintín tienen hambre de belleza y de oración». En la capilla de la penitenciaría, uno de los cuadros expresa las grandes posibilidades que la fe ofrece a quienes han cometido errores en su vida. «Este es San Dimas, el buen ladrón que se arrepintió y a quien Jesús salvó», comentó el sacerdote. La pintura nos fue donada por un recluso del corredor de la muerte que murió el año pasado, Fernando Caro».
Con información de Aleteia.
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